A través de la prensa de los Estados Unidos se acaba de...
Estatismo pulveriza el PBI llanero
El horizonte económico de Venezuela se ensombrece aún más. El último informe publicado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé una caída de más del 10% del PBI y una inflación acumulada alrededor de 160% para este año. Estas cifras revelan el desastre económico total del estatismo chavista. Recordemos que el Banco Central Venezolano ha dejado de publicar las cifras de inflación desde hace meses.
El informe “Perspectivas de la Economía Mundial octubre- 2015” del FMI, que se conoció en el marco de la Reunión Anual de las Juntas de Gobernadores del Grupo del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional en Lima, predice que el 2016 también será terrible para el país llanero: el PBI caerá 6% más y la inflación acumulada estará por encima de 200%.
El FMI estima además que la recesión durará hasta el 2019. Las cifras negras se suceden una tras otra. La caída del precio del petróleo ha creado un déficit fiscal de 14% para este año frente al nivel de gasto estatal. Vale recordar que el parlamento bolivariano aprobó el presupuesto público considerando el precio del barril a US$ 60. Hoy el precio del crudo se cotiza a la baja y llega a US$ 40. En medio del desastre económico llanero se acentúa la estampida de lo poco que resta de inversión privada.
En el informe del FMI también se señala que la evolución del desempeño económico venezolano es uno de los peores de Latinoamérica (Latam) y del mundo y que, en cuanto desastre, solo se pueden comparar con los de países africanos como Yemén, inmerso en una guerra civil, y Sierra Leona, que ha sufrido una epidemia de ébola.
Si hoy América Latina contempla el abismo de la recesión es por directa responsabilidad de Venezuela y por los yerros económicos del Mercosur. Al respecto, Christine Lagarde, directora gerente del FMI, criticó con dureza el manejo económico de Venezuela, Brasil y Argentina y elogió las reformas en Colombia, Chile y el Perú.
La destrucción de las economías de Venezuela, Brasil y Argentina debería servir a los peruanos como una lección difícil de refutar acerca de lo que no debemos hacer, sobre todo ahora que ingresamos a tiempos de desaceleración económica. Una de las características de las economías de estos países que se constituyen en vergüenza para Latam es que sus economías están cerradas y divorciadas de las grandes tendencias del libre comercio que atraviesan a los países de Occidente y del Asia.
La idea de un desarrollo protegido, la idea elegir ganadores en la economía, la idea una diversificación asistida por el estado, inevitablemente, lleva a cuestionar el libre comercio y los tratados de libre comercio, tal como sucede en la mayoría de países que integran el Mercosur. Cuestionar el libre comercio implica aranceles altos, control de cambios y precios controlados. El resultado es letal: la recesión y el incremento de la pobreza.
La frivolidad de las propuestas que nos proponen mirar con recelo el libre comercio y retornar a las fórmulas estatistas que nos empobrecieron durante el velascato y hoy flagelan a los ciudadanos del Mercosur, es más que evidente. Una frivolidad que hoy castiga sin clemencia a los más pobres de América Latina.
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