A través de la prensa de los Estados Unidos se acaba de...
Confuso asalto a un fuerte militar en medio de crisis política
La noticia de que un grupo de militares opositores al régimen autoritario de Nicolás Maduro tomó por asalto un cuartel en la región Valencia (Venezuela) evidencia que el país llanero está en la peor crisis política de su historia reciente. Aunque en las últimas horas el alto mando de las Fuerzas Armadas Nacionales Bolivarianas ha confirmado el develamiento del asalto y descartado cualquier intento de insurrección armada por parte de disidentes militares, el país sigue en medio de una fractura social y política entre la oposición reunida en torno a la Mesa de Unidad Democrática (MUD), por un lado, y la alianza cívico militar del chavismo, por otro.
Los militares insurrectos, liderados por el capitán Juan Caguaripano, tomaron las instalaciones de uno de los mayores destacamentos de armas de Venezuela. En la madrugada del domingo pasado, alrededor de quince oficiales y suboficiales asaltaron el Fuerte Paramacay, sustrajeron armamento y lograron escapar. Según la prensa oficialista, y de acuerdo a información publicada por los propios militares chavistas, en los enfrentamientos para recuperar el control de la guarnición fallecieron dos personas y se capturó a ocho disidentes militares, quienes serán juzgados por traición a la patria. ¿Qué significa este nuevo capítulo en la historia trágica de Venezuela desde que el chavismo tomó el poder?
Algunos especialistas y medios de comunicación sostienen que este grupo de soldados ha actuado en legítima rebeldía en contra de un gobierno autoritario. En un video difundido en las redes sociales luego del asalto, el oficial Caguaripano indicó que el levantamiento es un paso para restaurar la democracia en Venezuela. A ello debemos añadir que entregaron comunicados en los que llamaban a los vecinos de la guarnición a “detener la tiranía castro-comunista”. No es la primera vez que Caguaripano realiza un acto de desobediencia en contra del régimen. En el 2014 este oficial también propaló un video en el que llamaba a los militares a alzarse en armas para “salvar al país”, y por ello fue separado de las Fuerzas Armadas y se fue al exilio. Al asalto al Fuerte Paramacay se debe agregar que semanas atrás el oficial Oscar Pérez lanzó granadas a la sede del Tribunal Electoral desde un helicóptero.
No obstante, han empezado a surgir algunas voces que ponen en duda la legitimidad del levantamiento de los quince militares. En esta hipótesis, la mano del chavismo estaría detrás de esta intentona. ¿Por qué? Porque este supuesto asalto a un cuartel sería el argumento perfecto para que el chavismo aplaste cualquier intento o idea de insubordinación en el seno militar. El régimen buscaría liquidar cualquier pequeño vestigio de rebeldía en las Fuerzas Armadas.
El protagonismo de los militares en el régimen chavista es clave. Hoy en Venezuela hay un gobierno cívico-militar a semejanza de otras dictaduras o autoritarismos. Sin el apoyo de los militares el régimen autoritario de Maduro habría caído, habida cuenta de las protestas diarias de la oposición. De los 29 ministros del actual gobierno, diez son militares. Vladimir Padrino, general del Ejército Bolivariano, es el titular de Defensa y uno de los hombres fuertes del chavismo. Sin embargo, la presencia de los militares no solo está en los espacios de defensa, sino también en la sociedad. Hoy los militares controlan la cadena de abastecimiento de los alimentos de primera necesidad que son repartidos en los barrios marginales de Venezuela. Además, se ha diseñado el Plan Zamora, una estrategia en la que los militares y la sociedad leal al chavismo vigilan y controlan las acciones de la oposición.
Venezuela vive hoy un calvario, una verdadera agonía, como resultado de la implantación de un régimen autoritario y un modelo económico estatista.
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