A través de la prensa de los Estados Unidos se acaba de...
Corregir los excesos del kirchnerismo le está costando demasiado a Macri
Durante los próximos meses pasarán por la justicia argentina una fila de ex autoridades y funcionarios del régimen kirchnerista, investigados por supuestos delitos de corrupción realizados durante los más de trece años en el que estuvieron en el poder (primero Néstor Kirchner y luego Cristina Fernández de Kirchner). En el centro de las investigaciones de corrupción está la ex presidenta Cristina Fernández; sin embargo, a pesar de los serios indicios que la involucran, la ex mandataria todavía mantiene un sólido respaldo, sobre todo en los sectores populares y las clases medias. Si fracasa el gobierno del actual presidente Mauricio Macri en el plano económico y político, ¿podría resucitar el kirchnerismo como una fuerza para las próximas elecciones? Veamos.
El gobierno de Mauricio Macri recibió la pesada herencia económica y política del populismo kirchnerista. En trece años Néstor y Cristina construyeron un enorme estado populista y clientelar, aprovechando los buenos tiempos del precio de las materias primas agrícolas (soja y trigo). Así, el actual presidente Macri heredó un enorme Estado con numerosos programas sociales, una inflación excesiva y un déficit público en aumento. Al final del régimen de Cristina Fernández en Argentina existían 60 programas sociales que sumaban juntos alrededor de 157,209 millones de dólares; sin embargo, la pobreza castigaba a 14 millones de personas. La ex mandataria dejó un estado burocrático que solo en el 2015 incorporó 25,000 nuevos trabajadores. Y para seguir con los ejemplos, en 2015 la inflación acumulada fue de 25.9% (una de las más altas del mundo) y el déficit fiscal estuvo en torno a 7% del Producto Bruto Interno (PBI); es decir, 25,000 millones de dólares. Semejantes números reflejan la caótica situación que heredó Macri.
El primer reto del nuevo mandatario fue desmontar de forma lenta el enorme el aparato clientelar y populista edificado por los Kirchner. Entre las primeras medidas de Macri para sincerar la economía argentina estuvieron la devaluación de la moneda en un 30% y la eliminación de las restricciones cambiarias, para incentivar las exportaciones y el ingreso de divisas extranjeras (dólares). No obstante, la devaluación ha afectado los precios y nuevas proyecciones indican que la inflación será entre 30% y 35% al finalizar el año. Las clases más necesitadas han sentido las reformas y son las que menos apoyan al nuevo gobierno. Además, para hacerle frente al déficit fiscal el gobierno ha despedido hasta el momento a 6,500 trabajadores, revisará los contratos de los 25,000 trabajadores estatales contratados a finales del régimen kirchnerista y ha eliminado los subsidios a la electricidad.
Todas estas reformas han implicado un costo político para Macri y su gobierno. Hoy las encuestas señalan que solo el 19% de los argentinos considera positiva la situación del país, mientras que para el 39% es regular y un 42% de los encuestados la califica como negativa. De otro lado, a pesar de las graves imputaciones y denuncias de corrupción que caen contra Cristina Fernández, los sondeos de opinión señalan que la ex mandataria todavía tiene un respaldo del 25% de los argentinos. Y no obstante de que por táctica política hoy Cristina Fernández afirma que no volverá a postular a la presidencia de la República, nada le impide retornar para las elecciones presidenciales del 2018. Solo a través de un manejo cuidadoso de la economía y la política, el gobierno de Macri podrá evitar que el populismo regrese.
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