A través de la prensa de los Estados Unidos se acaba de...
Argentina está a punto de volver a su catástrofe, habitual desde que el populismo y la demagogia se instalaron con el peronismo. Según los resultados de las elecciones primarias para elegir a los candidatos presidenciales de las próximas elecciones, Mauricio Macri obtuvo el respaldo del 32% de los electores, mientras que el opositor Alberto Fernández obtuvo 47% de los votos.
En la fórmula presidencial de Fernández, candidato del peronista Frente de Todos, va también la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, acusada de actos corrupción durante su gobierno (2007-2015). Los resultados de las primarias argentinas obedecen a los malos resultados económicos del gobierno de Macri. De nada le sirvió al presidente haber acordado con algunas empresas la reducción de los precios de algunos alimentos y medicinas; y tampoco su alianza con Miguel Pichetto, líder del peronismo opuesto al kirchnerismo.
En este contexto, el contendor de Macri no es el kirchnerismo, sino el programa económico gradualista que evitó la reforma estructural del Estado y el gasto público. La inflación (de 54.7%) continúa afectando al país, y la pobreza que era de 26% se ha elevado con Macri a 32%. El peso argentino continúa devaluándose, y el lunes pasado, después de los resultados de las elecciones, se devaluó en 24% más. Ahora, un dólar cuesta siete pesos argentinos. Asimismo, en la bolsa de valores hubo pérdidas de hasta 49%. El desastre político podría desencadenar un nuevo éxodo en la región: de argentinos huyendo de su país si se instalan otra vez en el país las políticas socialistas y la corrupción sin freno.
El fracaso de Macri solo tiene que ver con las políticas gradualistas de su gobierno, que no ha ejecutado las reformas que los argentinos esperaban. Entre ellas, las referidas al excesivo gasto público, el déficit fiscal, la deuda pública y las privatizaciones, que hubieran reducido el inmenso gasto estatal de las empresas públicas deficitarias. La reforma laboral que tibiamente propuso ha sido desestimada por la presión de los sindicatos que salieron a las calles a manifestarse en contra de ella. Es decir, el gobierno de Macri optó por retroceder por miedo al rechazo, en lugar de mantener responsablemente sus determinaciones.
Macri ha señalado que entiende el enojo y el cansancio de los argentinos, esperanzados en que los cambios ofrecidos llegarían pronto. Ha ofrecido cambios; sin embargo, se ha contagiado de populismo para ganar votos. Ha elevado el sueldo mínimo (20% más) para favorecer a más de dos millones de trabajadores y ofrece bonos a los funcionarios públicos y de las Fuerzas Armadas y la Policía. De igual manera, ha congelado el precio de los combustibles.
Con Fernández en la presidencia, las boinas rojas del círculo chavista volverían a la región. La estrategia electorera funcionó. Cristina Fernández cedió su postulación a Alberto Fernández, pero decidió estar en la fórmula presidencial como vicepresidenta. El kirchnerismo y la izquierda latinoamericana han comenzado a celebrar por adelantado la victoria en las elecciones del próximo 27 de octubre. Con esto la preocupación de las inversiones privadas aumenta. Las posibilidades del estatismo y de las subvenciones y prebendas son un peligro cercano.
El retorno del kirchnerismo será un capítulo nuevo de la agonía interminable de un país que lo tuvo casi todo. Hace cien años sus niveles de prosperidad eran europeos, y pudo haber sido el país ejemplar que la región pedía a gritos. No obstante, eligió la prédica marxista y el camino de la corrupción, para la decepción de la mayor parte de la población. Mientras en Colombia con Iván Duque, en Brasil con Jair Bolsonaro, en Ecuador con Lenín Moreno, y en Chile con Sebastián Piñera, los pobladores eligen la prosperidad, Argentina elegirá este año la pobreza y el engaño.
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