A través de la prensa de los Estados Unidos se acaba de...
Protagonismo de la nueva clase media boliviana
El sueño del autócrata se desvanece. Evo Morales pierde de manera estrepitosa el referéndum que le habría dejado el camino libre para la reelección indefinida. Según el Tribunal Supremo Electoral (TSE), máxima instancia electoral del país altiplánico, al 80%, el “No” se impone de forma contundente con un 58% en tanto que el “Sí” obtiene un 42%. Semejante resultado ya puede calificarse de histórico ya que es la primera vez que Evo Morales – con 10 años al frente del gobierno- es derrotado en las urnas.
El proyecto reeleccionista del presidente Morales solo ha conservado tres de los departamentos en los que siempre triunfaba -La Paz, Oruro y Cochabamba- en tanto que ha perdido con más del 60% en otros seis departamentos, la llamada “media luna” opositora conformada por Beni, Pando, Santa Cruz, Potosí y Tarija. En Santa Cruz o Beni, el “Sí” de Morales solo obtiene un 20%.
Para analizar el porqué Morales ha perdido de forma contundente vale recordar que el presidente en funciones y el partido, el Movimiento Al Socialismo (MAS), forzaron un referéndum para modificar la Constitución a través de la llamada “Ley de reforma parcial de la Constitución”. El objetivo de Morales era ferrarse al sillón presidencial hasta el 2025.
Sin embargo, los bolivianos se pronunciaron en contra de la pretendida reelección presidencial. Diez años en el poder ha desgastado a Morales y al MAS. El descubrimiento de una presunta red de tráfico de influencias que estaría vinculado a Morales y los gruesos casos de corrupción que involucran a altos dirigentes del partido de gobierno explican, en parte, el derrumbe del proyecto reeleccionista. En los últimos días los bolivianos conocieron que Morales sostuvo una relación sentimental con Gabriela Zapata, quien es representante de una empresa china proveedora del estado con contratos que superan los US$ 500 millones. Además, se destapó una gran red de pagos y coimas en torno al “Fondo Indígena” organizado por Melva Hurtado y Julia Ramos, líderes históricas del MAS, a quienes se les descubrió cuentas secretas por más de US$ 7 millones.
Otra explicación del fin del sueño de Morales es la emergencia de una nueva clase media que ha apoyado al No reeleccionista de forma masiva. Uno de los mayores méritos de Morales es haber reducido la pobreza de 38% de la población al 18% (así como cierta disciplina fiscal entre el 2006-2013). Semejante hecho produjo la emergencia de esta nueva clase media. Es decir, la nueva clase media no habría perdonado los comprobados delitos de corrupción de personalidades afines al oficialismo ni las sospechas alrededor de Morales. Según estudios del Banco Mundial, la nueva clase media boliviana representaría el 50% de la población, suceso sin precedentes en la nación andina. Asimismo, esta nueva clase media comienza a tener representación política como, por ejemplo, en la ciudad de El Alto, antiguo bastión del oficialismo, dirigida ahora por la alcaldesa Soledad Chaperón, militante del opositor Unidad Nacional.
La gran mayoría de bolivianos se ha expresado de forma libre y democrática en las urnas. Se acabó el sueño de todo autócrata: la reelección eterna. Ahora Morales dedicará esfuerzos a recuperar la delicada salud de la economía boliviana que tiene un déficit fiscal de 6.5% o US$2,400 y que los precios de los commodities (gas, soya) le están pasando factura.
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