A través de la prensa de los Estados Unidos se acaba de...
Ha dejado de ser una herramienta de integración regional
El Mercosur está nuevamente en crisis. Los gobiernos de Brasil, Paraguay, Argentina y Uruguay se han opuesto de forma rotunda a que Venezuela asuma la presidencia pro tempore del bloque regional, función que le tocaba ejercer este año. La nueva crisis ha escalado hasta convertirse en un impasse diplomático en el seno del bloque comercial. Este nuevo suceso se añade a las múltiples y profundas diferencias que han surgido entre los países miembros con respecto a las negociaciones de un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea, así como con otros bloques comerciales. Diversos analistas e informes especializados se atreven a sugerir que esta nueva diferencia podría ser el comienzo del fin del bloque fundado en 1991 en la ciudad de Asunción.
La oposición de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay para que Venezuela conduzca el bloque comercial se debe a la siguiente razón: el presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha conducido a su país a una grave crisis de gobernabilidad y ha endurecido su mano contra la oposición democrática. El presidente argentino, Mauricio Macri, ha sido uno de los más fervientes opositores a que Venezuela presida el Mercosur. Por su parte José Serra, ministro de Relaciones Exteriores del Brasil, ha viajado a Uruguay para buscar una salida alternativa a la crisis. No se descarta que Uruguay se quede con la presidencia del bloque comercial por un periodo más.
No es la primera vez que el Mercosur pasa por una crisis. El proyecto se inició como una alianza regional de libre comercio entre algunas de las economías más importantes de la región., Posteriormente se ha transformado en un bloque proteccionista, en el que las cláusulas entre países miembros no funcionan y, por lo contrario, se han levantado más restricciones al comercio. Un ejemplo de esto es la queja de las empresas automotrices argentinas por las trabas que les ponen los empresarios paulistas en Brasil. En los últimos diez años, cuando líderes de izquierda gobernaron en los países miembros, el Mercosur dejó de lado el objetivo comercial para ser utilizado como un foro ideológico de izquierda.
Las negociaciones que se tejen desde el 2012 entre el Mercosur y la Unión Europea para un firmar un acuerdo de libre comercio dejaron ver las abismales diferencias entre los países miembros. Por una cláusula interpuesta en el Acuerdo de Asunción, los países miembros no pueden salirse del bloque para firmar acuerdos de libre comercio con otros países. Por otra parte, la crisis política y económica en Brasil, Argentina y Venezuela reveló la debilidad del bloque económico dentro de las economías que lo conforman. En los últimos meses algunos países, como Uruguay, han pedido derogar algunas cláusulas del Mercosur para poder negociar acuerdos con otros países y bloques. El propio presidente Macri ha deslizado la idea de que el Mercosur se una a la Alianza del Pacífico.
A diferencia de la Alianza del Pacífico, que agrupa a los países abiertos al comercio libre y al mercado, el Mercosur es un instrumento proteccionista que —todo lo indica— camina a desaparecer. El Mercosur ha dejado de ser una herramienta de integración regional para convertirse en una muralla. Una vez más se confirma que el libre comercio, en realidad, es la principal herramienta para la integración de las sociedades y los estados.
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