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Lula gana elección, pero está obligado a pactar

Congreso y estados brasileños controlados por la centro-derecha

Lula gana elección, pero está obligado a pactar
  • 31 de octubre del 2022

Si bien con el triunfo de Luis Ignacio Lula da Silva en Brasil, América Latina se tiñe con los colores de la izquierda, desde México hasta Chile, es incuestionable que el triunfo del líder del Partido de Los Trabajadores (PT) se produjo en una de las elecciones más polarizadas de la historia brasileña. Lula se impuso con el 50.9% de respaldo frente al 49.1% de Jair Bolsonaro. Sin embargo, las izquierdas brasileñas no controlarán el Congreso: El Partido Liberal tiene la mayor bancada de la cámara baja y, en base a una alianza del centro a la derecha, es mayoría cómoda en la cámara de diputados. Algo parecido sucede en el senado.

Por otro lado, de los 27 gobernadores de los estados, Lula solo controla 10 de ellos. El resto es de oposición o se alinea con las corrientes bolsonaristas. Por ejemplo, en Sao Paulo, el estado más grande de Brasil, ganó Tarcisio de Freitas, un ex ministro del gobierno de Bolsonaro.

Es evidente que para lograr la gobernabilidad el nuevo gobierno de Lula necesita alcanzar entendimientos y acuerdos. En otras palabras, necesita acabar con la polarización que suelen alimentar las corrientes colectivistas y neomarxistas. Igualmente, parece inviable un cambio radical del modelo económico, que también se consolidó durante el primer gobierno de Lula (gobernó dos períodos seguidos, entre el 2003 y el 2010). Cualquier opción de cambios radicales sería el fin de las posibilidades del gobierno del PT. El mandato de las urnas, pues, plantea diálogos y entendimientos.

Brasil crecerá alrededor de 2.5% en el 2022 y los pronósticos para el 2023 hablan de una expansión de alrededor del 1.5% por efecto de la crisis mundial. Sin embargo, a pesar del gobierno de Bolsonaro y de su ministro de Economía, Paulo Guedes ..considerado un Chicago boy– el gigante de Sudamérica no puede sacudirse del gasto estatal y de la deuda pública que sobrepasa el 70% del PBI. Vale señalar que el propio Guedes violó el llamado “techo de gasto social” –instaurado el 2016 por el gobierno de Michel Temer– para favorecer la campaña electoral de Bolsonaro.

Si bien Lula durante su primer mandato consolidó el modelo económico, durante el segundo expandió el gasto social considerablemente. El líder del PT encontró un déficit de 5% y lo dejó en 10%. En este contexto, vale preguntarse sobre qué sucederá con el programa Auxilio Brasil, que demanda ingentes recursos fiscales para bonos alimentarios. Se considera que en Brasil existen 33 millones de personas que padecen hambre.

Todo indica, pues, que luego de las elecciones en Brasil no hay espacio para cambios dramáticos o apuestas revolucionarias. Si los sectores de extrema izquierda que apoyaron la candidatura de Lula presionan para radicalizar a la próxima administración, el PT volverá a enfrentar una crisis de gobernabilidad de pronóstico reservado. Quizá por esa razón, en sus últimas apariciones Lula ha aparecido junto a Henrique Meirelles, ex presidente del Banco Central entre 2003 y el 2011, con el objeto de infundir certidumbre al empresariado y a los mercados. Sin embargo, todo está por verse.

Planteada las cosas así, las grandes batallas entre las izquierdas y las derechas brasileñas se concentrarán en la llamada agenda progresista. Es decir, la agenda de los colectivismos y neomarxismos, que suelen focalizarse en los asuntos de género, el control de la responsabilidad de las empresas “intrínsecamente depredadoras”, los temas medioambientales, la inversión en recursos naturales, etcétera.

Sorprendentemente son los relatos progresistas –que inicialmente no se presentan como anticapitalistas– los que han permitido los triunfos de las izquierdas en casi todo el continente, desde México, pasando por Colombia, Perú, hasta Chile. Igualmente es la incomprensión de la real naturaleza de las narrativas progresistas lo que explica las sucesivas derrotas de las centro derechas en la región.

  • 31 de octubre del 2022

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