Globalización

Lecciones de Bolivia para el Perú

El papel del sector privado contra el autoritarismo

Lecciones de Bolivia para el Perú
  • 10 de noviembre del 2019


El informe de auditoría de la Organización de Estados Americanos (OEA) sobre las elecciones de Bolivia coincidió con otro reporte de una empresa privada sobre el mismo tema, a iniciativa del Tribunal Electoral. El resultado fue devastador para Bolivia y la democracia latinoamericana: hubo fraude. La noticia se conoció en medio de las movilizaciones populares más multitudinarias de la reciente historia boliviana, a las que se plegaron los efectivos de la policía altiplánica. Y en medio de este escenario, las Fuerzas Armadas bolivianas emitieron un pronunciamiento señalando que esta institución no iba a ir contra el pueblo.

Evo Morales estaba aislado de la mayoría, había perdido legitimidad total y el control del aparato coercitivo del Estado. En este contexto, se comenzó a hablar de la renuncia del mandatario altiplánico, pero apelando a una estrategia política convocó a elecciones y planteó que el Congreso formará un nuevo Tribunal Electoral. Al cierre de esta edición, las Fuerzas Armadas Bolivianas emitieron un comunicado en el que sugieren a Evo Morales renunciar a su cargo. Ante ello Morales, renunció y emprendió un vuelo —en el avión presidencial— hacia México. país que le ha ofrecido asilo político. Quedan, entonces, enormes lecciones para el Perú y América Latina alrededor de la lucha para construir instituciones republicanas, reducir pobreza y expandir el bienestar.

Una primera cuestión tiene que ver con el autoritarismo y la concentración de poder político y económico en el Estado. Cuba y Venezuela, al margen de distancias en tamaño de economía y extensión territorial, son dos proyectos colectivistas que han logrado centralizar los poderes políticos y económicos. Cuando no solo las instituciones son avasalladas, sino también los mercados y el sector privado de la economía, generalmente los proyectos chavistas se perpetúan en el poder. Y es que el sector privado, tarde o temprano, se convierte en un contrapeso de la centralización del poder.

Esa es la explicación de que en Cuba y Venezuela la primavera democrática parezca una posibilidad lejana, mientras que en Ecuador y Bolivia ya parecen estar de regreso del colectivismo autoritario. En los dos últimos países, mal que bien, los sectores privados resistieron durante las ofensivas autoritarias.

En el Perú solemos denunciar el cierre inconstitucional del Congreso y la instalación de la administración de facto de Martín Vizcarra –hablando estrictamente en términos constitucionales e históricos– e invocamos la necesidad de luchar para recuperar las instituciones republicanas. Sin embargo, no solemos ligar estas demandas con la defensa de los mercados, la inversión y el sector privado en general. Quizá el sector empresarial tiene gran responsabilidad por su pragmatismo frente a los temas institucionales, pero nada justifica las distancias y la falta de comprensión acerca del papel de la economía de mercado como antídoto contra el autoritarismo.

Más allá de las distancias entre las economías peruana y boliviana, es evidente que el sector privado tiene mucho que ver con la resistencia frente al autoritarismo. Si bien el PBI boliviano representa solo el 15% del peruano y el PBI per cápita altiplánico únicamente alrededor del 40% del nacional, nadie puede discutir la existencia del sector privado y las economías informales en la lucha contra el chavismo de Evo.

De allí la enorme importancia de seguir apostando –cualquiera sea el escenario del país– a que las inversiones, el crecimiento y el proceso de reducción de pobreza continúen sin detenerse. La necesidad de que el Ejecutivo promulgue la ampliación de la vigencia de la ley de Promoción Agraria (Ley N° 27360) que establece regímenes laboral y tributario especiales en el agro; la urgencia de que el Ejecutivo respalde la decisión de ratificar la licencia de construcción del proyecto Tía María en Arequipa y la impostergable decisión de hacer respetar la Constitución y la ley en el Corredor Vial del Sur, en donde se emplazan las principales minas del Perú, son señales claras que la inversión y los mercados necesitan para seguir prosperando.

Si los republicanos no somos capaces de entender la inevitable relación entre la defensa de las instituciones republicanas con el crecimiento y los mercados no solo perderán los empresarios, sino tambiėn todas las libertades.

  • 10 de noviembre del 2019

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