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MUD participará en elecciones regionales
La oposición venezolana al Gobierno autoritario de Nicolás Maduro, organizada en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), participará en las elecciones de gobernadores a realizarse en octubre próximo. Según diversos analistas, la oposición asume una estrategia arriesgada, que busca ocupar todos los espacios legales y electorales posibles para denunciar la naturaleza dictatorial del chavismo. Vale destacar que para que la MUD participe en las elecciones debe superar la negativa del Consejo Nacional Electoral (CNE), entidad manejada por Maduro y que ha prohibido la participación del movimiento opositor en siete de los 23 estados de Venezuela. En todo caso, en la oposición existe absoluta claridad para evitar el error de las elecciones del 2006, cuando no participaron en las elecciones legislativas y dejaron todo el poder al chavismo.
La oposición venezolana desarrolló elecciones primarias el 10 de setiembre, con una masiva participación popular que motivó diversas celebraciones. La MUD espera conseguir parte del poder regional actualmente en manos del chavismo (20 de las 23 gobernaciones). O, de alguna u otra manera, forzar al Gobierno a asumir el precio político de manejar los resultados, ante una derrota que consideran segura por el fuerte rechazo a Maduro y la cúpula dirigente.
Es bueno recordar que semanas atrás el Gobierno dictatorial de Maduro celebró elecciones, absolutamente cuestionadas, para la Asamblea Nacional Constituyente y disolvió la Asamblea Nacional (Congreso), legítimamente electa y controlada por la oposición. Esta acción dictatorial generó el rechazo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Organización de los Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea (EU). Sin embargo, contra viento y marea, el chavismo llevó adelante su plan, con el objetivo de redactar una nueva Constitución de corte socialista, estatista y unipartidaria, al mejor estilo cubano.
Esta crisis política sucede en medio del derrumbe económico y social de Venezuela: el déficit fiscal supera el 35% del PBI y, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la recesión estará en el orden de -12% del PBI. Vale anotar que en el 2016 la inflación superó el 500% y la pobreza sobrepasó el 50% de la población. En otras palabras, no solo crisis política, sino también el retroceso económico más dramático de la historia venezolana.
Existe igualmente una crisis humanitaria que ha desatado la ira, la rabia, el dolor, la angustia, la tristeza y, sobre todo, la migración de miles de venezolanos a diversos países de Latinoamérica, con el objetivo de conseguir una vida mejor. El hambre y la injusticia desatan olas de protestas que han causado más de 150 muertos en el 2017, debidos a enfrentamientos de los civiles con la policía y militares. Escasez de alimentos, medicamentos y atención médica, y las innumerables colas para adquirir productos básicos se suman a la crisis venezolana, un país cogobernado por Cuba. Algo más, estudios médicos del país afirman que el 74% de la población ha perdido 8.6 kilos en promedio. En el 2016 la mortalidad de los pacientes internados se multiplicó por diez y la muerte de recién nacidos en hospitales por cien.
El presidente Maduro enfrenta un difícil panorama: una aprobación de solo 18%, frente a más del 70% de la población que busca alejarlo del poder. En cualquier caso, se trata de un momento decisivo para Venezuela, que debe enfrentar la disyuntiva entre democracia y dictadura.
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