A través de la prensa de los Estados Unidos se acaba de...
Grave crisis económica y problemas políticos en el país llanero
Días atrás el ex presidente de Uruguay José Mujica tildó de “loco como una cabra” al actual presidente venezolano Nicolás Maduro. El detonante de tamaño adjetivo ha sido la grave crisis que se ha desatado en Venezuela a propósito del referéndum revocatorio contra Maduro, presentado por la oposición democrática. El chavismo utiliza todos los medios para que la iniciativa se derrumbe. El incidente no tendría mayor trascendencia, excepto que Mujica representa, como Maduro, a la misma corriente de izquierda que ha gobernado y aún lo hace en la región. Podría decirse que hoy en Venezuela se vive una locura.
La situación del mandatario venezolano es crítica. Semanas atrás la oposición democrática presentó ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) más de un millón de firmas para que el proceso contra Maduro comience. Sin embargo, ante ese posible escenario el chavismo ha enfilado baterías. El CNE, organismo controlado por el oficialismo, ha cambiado las reglas de juego —los requisitos—para aprobar el referéndum. Por ejemplo, si antes se pedía la recolección de firmas del 1% de la población electoral, hoy el CNE pide que la oposición presente el 1% de firmas de la población electoral pero de ¡cada estado! Además se pide que cada planillón de firmas debe ser escaneado y que el plazo para presentar las firmas no debe pasar de quince días, cuando antes se pedía treinta.
Semejantes trabas impuestas por el CNE han originado que la oposición democrática llame a nuevas protestas. No obstante, el chavismo ha prohibido las reuniones y las protestas de los colectivos democráticos. Como es obvio, la crisis política se ha agravado al punto que varios ex presidentes y líderes han llegado al país llanero para mediar entre una oposición en las calles y un gobierno dictatorial que hoy solo tiene el 15% de respaldo.
La Asamblea Nacional de mayoría opositora ha pedido formalmente al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) —el uruguayo Luis Almagro— que aplique la Carta Democrática Interamericana al régimen chavista, debido a la crisis humanitaria que vive el país llanero. Sin embargo, el proceso para aplicar la Carta Democrática a un país necesita el consenso mínimo de 24 estados miembros en una reunión de emergencia. De ser aprobada la Carta Democrática, Venezuela sería separado temporalmente de la OEA.
El problema político en Venezuela se agrava en medio de una gran crisis económica. Hace algunas semanas el gobierno chavista ordenó el racionamiento del consumo de la energía eléctrica en las principales ciudades del país, originando una ola de saqueos en mercados y centros comerciales. Al racionamiento de la electricidad se suman el desabastecimiento general de los productos básicos y una severa inflación que, según prestigiosos institutos económicos, llegará hasta el 250% acumulado en este año. Un reciente reportaje desveló también el desabastecimiento de medicamentos en los hospitales y los centros de emergencia.
Razón tiene el ex presidente Mujica cuando señala que Maduro está loco. No obstante la locura empieza con Hugo Chávez, quien construyó un régimen que hoy hunde en la miseria a un país rico.
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