A través de la prensa de los Estados Unidos se acaba de...
Polarización gobierno versus oposición en hora crucial
Cuando la oposición democrática, reunida alrededor de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) de Venezuela, había convocado a un plebiscito para el próximo domingo 16 de julio (que permitirá conocer si la mayoría del pueblo venezolano apoya la convocatoria a la Asamblea Constituyente por parte del régimen) la decisión de otorgar arresto domiciliario al líder Leopoldo López sorprendió a propios y extraños, alterando la relación entre opositores y chavismo. ¿Qué significa el cambio de arresto de López en estos momentos?
Es necesario recordar que un juzgado chavista encontró responsable a Leopoldo López por ser "el principal instigador de las protestas contra el régimen" en el 2014, en las que murieron 43 personas. El Poder Judicial, en manos del chavismo, a través de un proceso lleno de irregularidades, condenó a López a trece años de prisión, luego a tres años y cinco meses, y por último acaba de establecer la prisión domiciliaria. Pues bien, la salida de López no es casual. ¿Por qué? Porque la oposición en el Parlamento, amparándose en el artículo 71 de la actual Constitución bolivariana, organizó un plebiscito contra la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente Popular, que iba a redactar una nueva Constitución. Este plebiscito se realizaría el domingo 16 de julio, y todo indicaba que ganaría la propuesta que rechaza la convocatoria a la Asamblea Constituyente del régimen de Maduro.
Con el cambio de situación carcelaria de López —uno de los principales opositores— Maduro intenta debilitar el plebiscito y ganar tiempo para que se realice, sí o sí, una Asamblea Constituyente. Además el régimen estaría apostando a debilitar de forma interna a la oposición democrática, que ahora cuenta con dos claros liderazgos que —es bueno indicarlo— en más de una ocasión han entrado en contradicciones: Henrique Capriles y Leopoldo López. Por ahora, el plebiscito va el próximo 16, sin embargo ya hay voces en la oposición que indican que la fecha se debe aplazar.
Hay otro detalle. López, que fue uno de los más tenaces opositores al régimen, había desarrollado una estrategia de lucha constante en las calles con el fin de debilitar a Maduro. Sin embargo, en sus primeras declaraciones López ha dicho que cuando la oposición llegue a ser gobierno no “habrá persecuciones”, una clara señal de que existe un cambio en la estrategia.
No obstante, el régimen de Maduro hace agua por todos lados. Según la empresa encuestadora Datanálisis se estima que el 85% de los venezolanos rechazan la elaboración de una nueva Carta Magna y la convocatoria de una Asamblea Constituyente. Además, el 75% de los venezolanos consideran que Maduro debe dejar la presidencia. De realizarse un plebiscito en este contexto, es evidente que Maduro tendrá un rechazo contundente de una mayoría venezolana.
La crisis política se enmarca en una crisis social y económica. Hasta el momento más de 74 personas han fallecido durante las protestas contra el régimen autoritario. Incluso existen pruebas irrefutables de que policías y militares han disparado sin ningún reparo a los manifestantes. A ello debemos sumar la crisis económica que ha colocado al país llanero en una situación calamitosa. Cifras no oficiales colocan la pobreza en más del 50% de la población, en tanto que la inflación hasta el mes de mayo ha sido alrededor de 550%. Para paliar la emergencia social, Maduro decretó el aumento en 50% del salario mínimo como si esa medida tuviese algún valor.
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