De ninguna manera el Congreso debería insistir en promulgar la ...
En un acto sin nombre, que solo puede tener una explicación desde el populismo o en la estrategia colectivista y marxista que busca impedir una reforma educativa para que el Perú no pelee la globalización en los próximos años, el Congreso de la República aprobó una ley que permitirá el nombramiento de alrededor 150,000 maestros sin evaluación ni concurso de méritos. La única condición para el nombramiento: tener un contrato de tres años para acceder a la primera escala de la carrera pública magisterial (CPM). Vale agregar que las mencionadas plazas ni siquiera están presupuestadas.
La barbarie educativa sucede en el preciso momento en que existen 250,000 postulantes para concursar mediante evaluaciones y concursos de méritos en más de 50,000 plazas de la primera escala magisterial debidamente presupuestadas. La decisión del Congreso, a nuestro entender, representa la destrucción de la carrera pública magisterial en el momento exacto que, mediante la meritocracia, se había logrado el nombramiento del 73% de los docentes de la escuela pública.
En un editorial anterior de este portal se celebraba que, entre el 2002 y el 2023, los docentes nombrados a través de concursos públicos basados en la meritocracia habían pasado del 53% al 73% del total de maestros a nivel nacional. Es decir, más de dos tercios de los profesores formaban ya parte de la carrera pública magisterial. En el periodo 2022 y el 2023, incluyendo los primeros meses del 2024, se logró el nombramiento de 79,000 docentes, más de 65,000 docentes ascendieron en las diversas escalas de la CMP y se designaron a más de 11,000 directores.
Para entender la magnitud de la reforma meritocrática en la docencia vale señalar que un docente de la primera escala gana alrededor de S/ 3,100 y el ascenso de un docente de la cuarta a la quinta escala representa un incremento de haberes del 50%. En otras palabras, los méritos, las calificaciones y el estudio permanente de los maestros, posibilita el nombramiento, ascender en las escalas y, por supuesto, recibir una remuneración mayor.
En este escenario a favor de la meritocracia en la escuela pública era evidente que la estrategia del Frente Nacional de los Trabajadores de la Educación Peruana (Fenatep), sindicato de orientación maoísta radical y promovido por el anterior gobierno de Pedro Castillo, no tenía la menor posibilidad de prosperar con la propuesta demagógica e irresponsable de nombrar indiscriminadamente a todos los maestros y cancelar la actual carrera pública magisterial.
En este contexto, la decisión del Congreso de oponerse a la reconsideración de la ley que permite el nombramiento automático de más de 150,000 docentes, representa el inicio de la destrucción de la carrera pública magisterial porque es evidente se estaría procediendo a nombrar sin concurso de méritos ni evaluaciones en la primera escala a cerca de un tercio de profesores a nivel nacional. Los maestros que estudian, se capacitan y que no participan en acciones políticas y revolucionarias, ¿cómo reaccionarán frente al privilegio de estos maestros que son nombrados por contactos políticos y relaciones con el poder?
El Ministerio de Educación y el Poder Ejecutivo deben proceder a observar la ley en contra de la reforma que se acaba de aprobar en el Legislativo. E igualmente la mayoría de bancadas democráticas del Congreso no deben sumarse a la estrategia de insistencia del radicalismo marxista que pretende convertir a la escuela pública en centros de adoctrinamientos ideológicos en vez del espacio en el que se forme el capital humano del futuro, capaz de innovar en la economía y la sociedad, y competir en las economías globales, tal como sucedió en los países del sudeste asiático.
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