Editorial Economía

Majes Siguas II redefinirá la agricultura en el sur peruano

Un proyecto clave para la sostenibilidad y competitividad agrícola

Majes Siguas II redefinirá la agricultura en el sur peruano
  • 27 de enero del 2025

 

El proyecto hídrico Majes Siguas II, ubicado en la región Arequipa, se encuentra en un proceso de reactivación tras un acuerdo crucial entre el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) y el Gobierno Regional de Arequipa. Este convenio, que transfirió la responsabilidad de ejecución al gobierno central, marca un hito en la búsqueda de consolidar a Arequipa como un núcleo de desarrollo agroindustrial.

Con una inversión estimada en S/ 7,730 millones de soles, Majes Siguas II promete ser un motor clave para el desarrollo agrícola y económico del sur del país. Su objetivo principal es habilitar el riego de 40,000 hectáreas adicionales de tierras agrícolas, que complementarán las 16,000 hectáreas actualmente productivas bajo el proyecto Majes Siguas I. Además, el proyecto incluye la instalación de dos centrales hidroeléctricas, Lluta y Lluclla, las cuales reforzarán la sostenibilidad energética de la región.

Los beneficios de Majes Siguas II van más allá de la expansión agrícola. Se espera que durante su construcción se generen más de 83,000 empleos, mientras que en su etapa operativa ofrecerá cerca de 80,000 trabajos permanentes. Asimismo, la irrigación de nuevas tierras permitirá diversificar la economía de Arequipa, tradicionalmente vinculada a la minería, posicionándola como un eje estratégico para la agroexportación nacional.

El proyecto busca también elevar la competitividad del Perú en el mercado internacional. Con una producción orientada a frutas y hortalizas de alta calidad, Arequipa podría generar ingresos anuales estimados en S/ 4,300 millones. Esto fortalecería el posicionamiento del país como uno de los principales exportadores agrícolas a nivel global. Junto con otros proyectos hídricos en desarrollo, como Chavimochic III y Chinecas, se estima que el Perú sumará 110,000 hectáreas irrigadas, consolidando su liderazgo en el sector agroindustrial.

Majes Siguas II también simboliza una transformación hacia una agricultura más moderna y competitiva. La tecnificación y la producción a gran escala buscan superar las limitaciones del minifundismo, que abarca el 95% de las tierras agrícolas en el Perú. Estas parcelas, generalmente menores a cinco hectáreas, son gestionadas por más de dos millones de pequeños agricultores que practican una agricultura de subsistencia. Con una estrategia que promueva parcelas más grandes y tecnología avanzada, se optimizará el uso de los recursos hídricos y se maximizarán los rendimientos agrícolas, adaptándose a las exigencias del mercado global.

A pesar de su potencial, el desarrollo de Majes Siguas II enfrenta importantes retos, entre ellos la ausencia de un marco legal que fomente la inversión y garantice la sostenibilidad del sector agroindustrial. La derogación de la Ley de Promoción Agraria en 2020 dejó al país sin una herramienta clave para incentivar el cultivo de productos de alta rentabilidad, como arándanos, paltas y cítricos. Estos cultivos, que requieren inversiones considerables y varios años para generar retornos, se han visto afectados por la falta de incentivos fiscales y laborales.

En este contexto, la aprobación de una nueva ley de promoción agraria es fundamental. Actualmente, el Congreso del Perú debate un proyecto que contempla beneficios como la exoneración del impuesto a la renta para pequeños agricultores con ventas menores a 30 Unidades Impositivas Tributarias (UIT). También establece tasas reducidas para quienes generen ingresos de hasta 110 UIT y propone incentivos como la devolución anticipada del IGV, la depreciación acelerada y un crédito tributario para reinversiones en tecnología y capacitación. Este marco normativo es esencial para garantizar que proyectos como Majes Siguas II alcancen su máximo potencial y se conviertan en modelos de desarrollo sostenible. 

El proyecto Majes Siguas II, por lo tanto, no es solo una obra de infraestructura, sino una oportunidad para redefinir el modelo agrícola y económico del Perú. Su éxito dependerá de la capacidad del país para superar los desafíos legales, sociales y ambientales, consolidando así un futuro de crecimiento y sostenibilidad para el sur peruano y todo el territorio nacional.

  • 27 de enero del 2025

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