Editorial Economía

Los octógonos anti capitalistas

Consecuencias de la decisión del Ejecutivo

Los octógonos anti capitalistas
  • 22 de junio del 2018

 

Es hora de preguntarse cómo así en un país que ha logrado reducir pobreza del 60% de la población a solo 20% en base a la inversión privada, el Ejecutivo promulga un Manual de Advertencias Alimentarias que establece los octógonos prohibitivos para el etiquetado de los alimentos procesados, ignorando la posición de la industria alimentaria. ¿Qué ha sucedido para que los empresarios de los alimentos comiencen a ser considerados por el Ejecutivo (¿acaso también por el Congreso?) como actores que no merecen escucharse? Y si le agregamos a estos hechos la intención de aprobar una ley que, en la práctica, prohíbe el uso de la leche en polvo para elaborar leche evaporada, es incuestionable que en el Perú existe una ola anti industrial.

No estamos en Venezuela ni en Chile antes de Sebastián Piñera, en donde la izquierda mapocha impuso los octógonos —el único país en el mundo, antes del Perú— mientras se movilizaba para estatizar la educación, el sistema privado de pensiones y pugnaba por redactar una nueva Constitución de corte estatista. Si la izquierda oenegera nunca ganó una elección en el país, ¿cómo así ha logrado esta victoria —al menos parcial— de poner de su lado al Ejecutivo?

Los octógonos prohibitivos solo alertan de los niveles altos de azúcar, sodio, grasas saturadas y grasas trans, y solamente buscan causar temor en los consumidores con respecto a los alimentos procesados. En este portal consideramos que, en realidad, estas propuestas quieren quebrar a la industria alimentaria para que se venda a precio de remate. La misma estrategia se percibe en Colombia, México, y otros países, aunque nunca logran pasar, como ha sucedido aquí.

Ante la propuesta de los octógonos, el Congreso había aprobado una ley que establecía el sistema de semáforo para las etiquetas de los alimentos industriales que —en base a los colores rojo, amarillo y verde— alerta sobre los niveles alto, medio y saludable de azúcar, sodio, grasas saturadas y grasas trans. Sin embargo, esa norma fue observada por el Gobierno de Vizcarra.

Los octógonos representan un experimento que solo se aplica en Chile y ahora en el Perú, mientras que las etiquetas informativas y el sistema de semáforos funcionan en todo el planeta. ¿Por qué? Las etiquetas informativas y los semáforos siguen las recomendaciones del Codex Alimentarius —al que se han adherido 188 países—, que señalan que las etiquetas de los alimentos industriales no deben causar temor. Como todos sabemos, los octógonos solo causan temor y desalientan que el consumidor se informe. Igualmente vale subrayar que todos los países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) utilizan las etiquetas informativas o el sistema de semáforos.

A entender de este portal, la propuesta de los octógonos ha sido asumida por el Ejecutivo porque la izquierda está ganando largamente la guerra ideológica. La idea de una sociedad de consumidores en contra de “las empresas chupasangres”, que solo buscan “ganancia”, es parte de este mensaje. Hoy en el Perú se ha vuelto una moda golpear a los empresarios. Hasta el presidente Vizcarra afirma que grandes empresas adeudan al Estado cerca del 1% del PBI, no obstante que todas esas supuestas obligaciones están en el Tribunal Fiscal, el Poder Judicial y se tramitan en el CIADI del Banco Mundial. Incluso un sector de la Iglesia señala que los grandes empresarios no pagan impuestos, pese a que el 0.5% de los contribuyentes (es decir, las grandes compañías) aportan el 83% de los ingresos fiscales.

La promulgación de los octógonos prohibitivos, pues, forma parte de esta ofensiva anticapitalista, disfrazada con el cuento de la lucha contra la obesidad en un país con el 43.6% de la niñez con anemia y en una sociedad que solo consume 10% de alimentos procesados del total de su ingesta.

Los resultados de estas medidas los iremos conociendo de a pocos. Por lo pronto, la Confederación General de Trabajadores (CGTP) se acaba de pronunciar contra los octógonos por los empleos que se perderán con la medida. En los próximos días los bodegueros del país también expresarán su oposición, así como los pequeños industriales de lácteos, los productores de King Kong y chocolates, las asociaciones de palmicultores y de otras actividades económicas comenzarán a movilizarse. Quizá la izquierda ha generado una interesante reacción social de todos los empresarios —grandes, medianos y pequeños— y de las organizaciones de trabajadores que observan cómo se implementan los octógonos anti industriales y anti empleo.

 

  • 22 de junio del 2018

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