Ley laboral agraria: modelo para el Perú

Reforma laboral impulsó agroexportación

Desde su promulgación en el 2000, la Ley de Promoción de Sector Agrario (Ley 27360) representa un éxito sin precedentes en la formalización del empleo y en la reducción de pobreza y debería servir de modelo para terminar con la rigidez y los sobrecostos laborales. En el Perú, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI),  cerca del 75% de la masa laboral está en la informalidad y los sobrecostos laborales son los más altos de la Alianza del Pacífico y de Latinoamérica. Ante semejante situación, la reforma laboral se hace indispensable, sobre todo, en un contexto internacional de caída de los precios de los commodities en  el que solo se puede retomar tasas altas de crecimiento con reformas que incrementen la competitividad del país.

El actual “boom” agroexportador ha sido posible por la promulgación de la Ley  27360 (Ley de Promoción del Sector Agrario). Esta norma otorgó incentivos fiscales y flexibilizó el régimen de contratación laboral; concedió derechos sociales y laborales y mejoró la competitividad de las empresas del sector. El resultado es el incremento del empleo, el aumento de los ingresos, la consolidación de mercados dinámicos al interior del país y la emergencia de una clase media agraria.

A diferencia del régimen laboral común en el que se establecen asignación familiar,  vacaciones por 30 dias, compensación por tiempo de servicios (CTS) y dos gratificaciones,  el régimen laboral agrario estipula que los trabajadores contratados bajo la ley tienen un jornal diario en el que se incluye la compensación por tiempo de servicios (CTS) y gratificaciones por fiestas patrias y navidad. Asimismo, se asigna 15 días de vacaciones remuneradas, indemnización por despido arbitrario, aporte al seguro equivalente al 4% de la remuneración mensual, derecho a la libertad sindical y jornada de trabajo de 8 horas diarias y de 48 horas a la semana.

Según un documento de la Asociación de Gremios Productores Agrarios del Perú (Agap), elaborado por la empresa Apoyo Consultoría, en la última década (2004-2014) el empleo formal en el agro se duplicó de 433 mil puestos a 822 mil y el empleo indirecto  generado suma aproximadamente un millón. Es decir, el empleo formal en el agro ha crecido a un ritmo anual de 6%.

La reducción de la pobreza y el aumento de los ingresos también han sido notables.  En el 2004 cerca del 58% de los trabajadores en el campo eran pobres, en tanto que en el 2014 esta cifra se redujo a 26%. Según datos del ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE), la evolución de la Remuneración Bruta Mensual (RBM) en el campo ha crecido de S/. 929 en el 2004 a S/. 1,248 en el 2014, monto mayor a la Remuneración Mínima Vital de S/. 750 que se paga en la mayoría de ciudades.

El éxito de la Ley de Promoción del Sector Agrícola se refleja en que el 2014 las exportaciones cerraron con ventas mayores a US$ 3,000 millones y en el 2015 se duplicaron a más de US$ 6,000 millones. Sin duda, todo un logro. Además, hoy en las regiones de la costa existe una nueva clase media agraria. Según un documento de la Asociación de Exportadores, en los próximos meses se espera que, a semejanza de Ica, el pleno empleo se convierta en realidad en La Libertad, Piura, Arequipa y Junín.

La Ley 27360 es un ejemplo de cómo la flexibilidad laboral permitió el despegue de la agroexportación y formalizó a miles de trabajadores agrarios. En nuestro país las malas leyes determinan que de cada 10 trabajadores 7 estén condenados a  la informalidad y ya es momento de una audaz reforma que supere las murallas que impiden la formalización del empleo.