La agroexportación no debe parar

Estado tiene obligación de destrabar los grandes proyectos agroexportadores

Si hay una verdad incuestionable es que la agroexportación es uno de los nuevos motores del crecimiento económico del Perú en los últimos veinte años. Desde el 2000, cuando se promulgaron las leyes de promoción del sector agro exportador, hemos tenido un notable progreso que puede ser llamado “milagro”. De allí que, según previsiones del Ministerio de Agricultura, en el 2016 los envíos agrarios sumaran alrededor de US$ 5,700 millones; es decir, US$ 1,500 millones más ya que los US$ 4,240 millones del año anterior. No obstante, para que el sector agroexportador crezca aún más el Estado y la empresa privada deben colaborar estrechamente. El Estado tiene la obligación de destrabar y reducir la tramitología en torno a los grandes proyectos agroexportadores, y las empresas privadas deben cumplir con los términos de referencia. El retrasado proyecto Chavimochic III es un caso emblemático.

¿Qué ha pasado? Según el titular del Minagri, José Manuel Hernández, el proyecto Chavimochic III aún no se termina de ejecutar debido a que el consorcio formado por las empresas Odebrecht y Graña Montero no presenta la estructura financiera. Este requisito es importante para la firma de la adenda entre el Estado y el consorcio. Vale observar que en noviembre pasado el propio ministro indicó que, de firmarse la adenda, la obra se concluiría a fines del 2017. Chavimochic III podrá irrigar mínimamente más de 60,000 hectáreas, convirtiendo a la región de La Libertad en una potencia agroexportadora.

Esta obra —vital para el sector agroexportador— ha tenido varias trabas que superar. Chavimochic III representa una inversión de US$ 715 millones y consiste en desviar las aguas del río Santa hacia los valles de Chao, Virú, Moche y Chicama. Según un reporte del Banco Central de Reserva (BCR), para que proyecto marche se tuvieron que sortear trabas burocráticas, como las lentas negociaciones con los predios privados por donde pasarán los canales de irrigación y la demora del Consejo Regional de la Libertad —la unidad que ejecuta el proyecto— para aprobar el endeudamiento externo con la Corporación Andina de Fomento (CAF) por US$ 153.8 millones. Semejantes trabas retrasaron un proyecto que debería haber estado listo en el 2016.

No solo Chavimochic III se encuentra en la lista para su conclusión. También están Majes Sihuas II en Arequipa y el proyecto Olmos en Lambayeque. En el caso del primero, el ministro Hernández indicó que existen obras pendientes por parte del Consorcio que ejecuta el proyecto. El Estado espera la propuesta técnica del consorcio, en la que se deben especificar si se harán pagos adicionales. Majes Sihuas II es un proyecto de irrigación que involucra a las regiones de Arequipa, Cusco y Apurímac, con una inversión de US$ 550 millones y que incorporará hasta 38,500 hectáreas de nuevas tierras para el cultivo. En tanto que en el proyecto Olmos, si bien ya está terminado, los productores no tienen una carretera adecuada para sacar sus productos.

En el informe del BCR se indica que si estas tres iniciativas hubieran entrado en producción conforme al plazo establecido (2016), las exportaciones agrícolas habrían aumentado alrededor de US$ 3,190 millones al año. La Sociedad de Comercio Exterior (Comex) ha indicado que la brecha agraria del Perú es de S/. 7,000 millones. El informe de Comex además señala que los nuevos proyectos de irrigación (entre los que se destacan Chavimochic, Majes Siguas II y Olmos) podrían acortar el déficit de infraestructura.

La agroexportación no puede parar. El gobierno pepekausa se comprometió a despejar los malos trámites y las trabas absurdas de la burocracia. Este sector, pujante y responsable de que ahora exista una clase media, debe continuar su rumbo hacia el crecimiento.