Empresarios se retiran del Consejo Nacional de Trabajo

Antes del remozamiento del Gabinete, los empresarios del Perú enviaron una carta durísima a Juan Lira, ex ministro de Trabajo, y al Gobierno. La Confiep, la Asociación de Bancos del Perú, la Asociación de Exportadores, la Cámara de Comercio de Lima, Capeco, Comex-Perú, la Sociedad Nacional de Industrias, la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía, y la Sociedad Nacional de Pesquería enviaron una misiva en la que anuncian el retiro del empresariado nacional del Consejo Nacional del Trabajo y Promoción del Empleo (CNTPE).

El motivo del retiro empresarial del CNTPE: la promulgación del Decreto Supremo 001-2022-TR que prohíbe la tercerización laboral y también del Decreto Supremo 014-2022 TR que modifica el Reglamento de Negociaciones Colectivas. Los empresarios denuncian que ambas normas se promulgaron sin consultar al Consejo Nacional de Trabajo. 

En la mencionada carta, los empresarios señalan que las normas se publicaron “… sin siquiera cumplir con las obligaciones de prepublicación y consulta a las partes interesadas previstas en la norma nacional (Decreto Supremo N° 001-2009-JUS) y en varios acuerdos comerciales internacionales (TLC con EE. UU., Unión Europea, Canadá, entre otros), ni con los estándares de mejora regulatoria que el Gobierno viene promoviendo y cuya observancia constituye parte importante del proceso de adhesión a la OCDE, recientemente iniciado”.

El empresariado nacional acusa al sector Trabajo y al Gobierno de haber violentado el tripartismo que promueve la Organización Internacional del Trabajo (OIT), motivo por el cual informan al Gobierno y al país que suspenden su participación del Consejo Nacional del Trabajo.

Desde el día de la publicación de ambos decretos, en este portal hemos sostenido que si bien el Ejecutivo ha retrocedido –al menos por ahora– en su intención de convocar la asamblea constituyente y nacionalizar los recursos naturales, las normas promulgadas por el sector Trabajo son las mayores modificaciones al modelo económico en las últimas tres décadas. ¿Por qué? Porque no solo aumentan la rigidez laboral, sino que buscan convertir al mundo del trabajo en un universo poblado de sindicatos que negocian por fábrica, ramas y conglomerados empresariales “mejoras para los trabajadores”, como si la riqueza fuese un fruto silvestre que solo se debe cosechar del bosque cercano. Una verdadera locura que ha empobrecido a los trabajadores del siglo XX en los ex países de la Unión Soviética, y que hoy desata la mayor tragedia humanitaria de los últimos dos siglos en Venezuela.

En ese sentido, en este portal, igualmente, hemos sostenido que no estamos ante normas estrictamente laborales, sino ante decretos que forman parte de una estrategia de poder en camino a la asamblea constituyente. ¿Por qué? En momentos en que la inversión privada se desploma por el desgobierno generalizado del actual Ejecutivo, los anuncios de la constituyente y las nacionalizaciones, la intención de empoderar a los sindicatos para “luchar por los trabajadores” solo puede ser la antesala del aumento de la informalidad laboral y de una ola de quiebras empresariales que, inevitablemente, terminará en tomas de fábricas y estatizaciones.

La estrategia de poder a través de la reforma laboral ignora una verdad universal de los últimos dos siglos: que la prosperidad de los trabajadores solo proviene de la inversión privada y la permanente innovación empresarial. En el Perú así ha sucedido: el sector privado aporta el 80% de los ingresos fiscales y provee más del 80% del empleo. 

Algo más: Gracias al modelo basado en el crecimiento y la inversión privada el país logró, en 30 años, la mayor hazaña inclusiva de toda su historia republicana: reducir la pobreza del 60% de la población a solo 20% antes de la pandemia.