El aire virgen del MINAM

Los increibles Estándares de Calidad Ambiental impuestos por el ecologismo radical

Los militantes del ecologismo radical que trabajan en el Ministerio del Ambiente (MINAM) han convertido al sufrido Perú en su conejillo de indias.  Los sueños extremistas de construir una sociedad bucólica, sin industrias, sin inversiones mineras, petroleras ni de energía, se  expresan claramente en algunas normas que sobreviven a gobiernos y ministros. Una de ellas es un dispositivo sobre los Estándares de Calidad Ambiental (ECAS) para la emisión de dióxido de azufre, promulgado durante el gobierno pasado de Alan García y que establece un nivel de 20 ug/m3 (ug= microgramos por metro cúbico) a partir de enero del 2014. Desde el 2009 se había establecido en 80 ug/m3 mientras que, en todo el mundo desarrollado, los estándares varían entre 105 ug/m3 a más de 250 ug/m3.

Es decir, aire virgen para que los chicos del Minan sigan desarrollando sus estrategias empresariales en sus respectivas ONGs mientras las inversiones del país se paralizan y se lentifica la reducción de la pobreza. El asunto no es broma.  Los 20 ug/m3 desataron tal escándalo que los ideólogos del MINAM tuvieron que retroceder estableciendo que La Oroya, Ilo y Arequipa se regirían por la norma previa de 80 ug/m3.

En Ilo, por ejemplo, donde funciona la refinería de cobre, se comprobó que solo el transporte vehicular genera un valor cercano a los 20 ug/m3. Diversas actividades hacían volar estos valores por lo permitido legalmente. En otras palabras, si no había retroceso, la refinería tenía que cerrar. Y es que para alcanzar emisiones de 20 ug/m3 todavía no existe una tecnología viable. La prueba de esta aseveración es que el Japón permite 105 ug/m3, la Unión Europea 125 ug/m3, Australia 210 ug/m3, Chile 250 ug/m3, Canadá 301 ug/m3  y Estados Unidos 365 ug/m3.

¿Cómo hemos permitido semejante despropósito anti inversión?  Manuel Pulgar Vidal, actual titular del MINAM no puede obviar su responsabilidad señalando que la norma es del gobierno anterior. Los errores no se acumulan ni se contemplan, se enmiendan. La derogatoria de esta locura debió haberse producido tiempo atrás.

La norma sobre los ECA sigue trayendo cola: se acaba de conocer que, en la subasta de los activos de Doe Run Perú, solo permanece un postor, el gigante Glencore Xstrata, luego de que 8 empresas que presentaron carta de interés se retiraron porque hasta hoy no se ha reglamentado los nuevos de ECA. Que Glencore continúe interesada es buena noticia, pero el retiro de las demás solo revela el terrible daño que le causa el ecologismo radical al futuro del país. En el BCR se ha calculado que existen US$ 18,000 millones paralizados en inversiones mineras, petroleras y de energía, sobre todo por las sobrerregulaciones del extremismo ambiental.

¿Cómo hemos llegado a esta situación? La única explicación es que, en algún momento, no obstante el crecimiento y la reducción de la pobreza, el ecologismo radical comenzó a ganar el debate y a copar instituciones claves del Estado.

Y, como ya sabemos, al extremismo ecologismo en realidad no le interesa la defensa del medio ambiente sino la modificación del modelo económico. Por eso apuntan a demonizar las inversiones en recursos naturales. La minería, por ejemplo, solo usa el 1% del agua disponible y luego la devuelve reciclada; sin embargo, recibe todos los anatemas habidos y por haber.

Si los ecologistas radicales quisieran en verdad proteger el ambiente y el agua estarían desarrollando una movilización nacional para enfrentar los residuos sólidos y los desagües de las ciudades que contaminan a diario casi todos los ríos del Perú. Este problema, al parecer, no les preocupa.