¡Ay, la competitividad siguió cayendo!

El reto es gigantesco para la administración de PPK

El think tank internacional con sede en Suiza, Institute for Management Development (IMP), acaba de publicar el Ránking de Competitividad Mundial 2016, en el que el Perú se vuelve a situar en el puesto 54, tal como sucedió en el 2015. La información no es nada positiva porque el IMP mide la competitividad de 61 países y nuestro país permanece entre los peores calificados, debajo incluso de países socios de la Alianza Pacífico como Chile (36), México (45) y Colombia (51); y solo por encima de países que salen de la catástrofe populista como Argentina (55), Brasil (57) y Venezuela (61) país que aún se desangra por la incompetencia del chavismo.

En su estudio, el IMP mide cuatro pilares básicos generales subdivididos en veinte factores. En el pilar “Desempeño económico” (evaluación macroeconómica de la economía) nuestro país se mantiene en el puesto cincuenta, en “Eficiencia en los negocios” (contexto nacional que alienta a las empresas a desempeñarse de una manera innovadora, rentable y responsable) permanece en el lugar cincuenta, en el pilar “Infraestructura” (recursos básicos, tecnológicos, científicos y humanos que satisfacen las necesidades de los negocios) sube del 60 al 59 y en el de “Eficiencia del gobierno” (política gubernamental que facilita la competitividad) el Perú desciende del lugar 37 al 41. Como se ve, en los resultados generales de los cuatro pilares básicos hay altibajos.

No obstante, los peores resultados obtenidos por nuestro país se dan en algunos de los veinte factores subdivididos por cada pilar. Así hemos retrocedido en doce factores y solo avanzado en seis. Los verdaderos problemas resaltan si desagregamos cada pilar. Solo para tomar un ejemplo, dentro del pilar “Infraestructura”, se ubica el factor “Infraestructura básica” donde se retrocedió del puesto 53 al 58. En el factor “Infraestructura para la salud” descendemos ligeramente una posición (49). Sin embargo, seguimos en los últimos lugares. Semejante información corrobora el Estudio de déficit de infraestructura 2016-2025, realizado por la Asociación para el Fomento de la Infraestructura, que estimó la nueva brecha de los próximos años en 159,549 millones de dólares. Además el estudio indica que el Perú está en la obligación de transformar el Estado, lo que exige cambiar las relaciones entre economía y sociedad.

Desde la creación del informe de competitividad de IMP, en el 2012, el Perú ha venido descendiendo posiciones en la clasificación general, así como en los pilares estudiados. En el 2012,el Perú se ubicaba en el puesto 44 de la clasificación general, y hoy está en el 54. Y solo para seguir con los ejemplos, diremos que en el 2012 en el pilar “Desempeño económico”, estábamos en el puesto 26 y hoy en el 54. En el pilar “Eficacia del gobierno”, hace cuatro años el Perú se ubicaba en el puesto 27 y hoy está en el 41. Es decir, en cuatro años la evolución y el desempeño de la competitividad de nuestro país ha ido hacia abajo.

No hay lugar a duda alguna de que el nuevo gobierno debe lanzar un plan nacional de competitividad, pero aquello será imposible si Pedro Pablo Kuczynski no decide reorganizar y reformar un Estado que estuvo ausente mientras la economía crecía. Solo una nueva perspectiva en la organización de un Estado nacional nos permitirá avanzar en la reforma del Estado, posibilitando que concretemos las urgentes reformas de segunda generación que necesitamos para superar la amenaza de la “trampa de ingresos medios” y entrar a la ruta del desarrollo.