Fernando Lino

¿Y los médicos del alma dónde están?

No dejemos al pueblo sin fe ni esperanza

¿Y los médicos del alma dónde están?
Fernando Lino
16 de abril del 2020


Vivimos momentos difíciles que al parecer se complicarán, según información oficial. Somos un pueblo creyente que tiene mucha fe en Dios, un país con una población mayoritariamente católica (76% según Perú Católico 2017) que en esta Semana Santa no pudo volcarse a las calles para peregrinar a sus parroquias y templos. Somos un pueblo que cree, que ama y vive cada octubre de manera intensa al lado del Señor de los Milagros. Somos una nación que impresionó a los ojos del mundo con calle repletas esperando la bendición de su pastor, el Papa Francisco.

Hace poco el Papa recordó a sus obispos y sacerdotes la importancia de su labor por estos días: "El pueblo de Dios necesita que el pastor esté cerca, que no se cuide demasiado. Hoy el pueblo de Dios necesita el pastor muy cerca, con la abnegación que tenían los capuchinos, que estaban cerca. La creatividad del cristiano se tiene que manifestar en abrir horizontes nuevos, en abrir ventanas, abrir trascendencia hacia Dios y hacia los hombres, y redimensionarse en la casa". (Entrevista en ABC, 8 abril del 2020).

Hoy, en medio de esta gran pandemia, ese mismo pueblo creyente está en peligro, esperando a que Cristo acuda a ellos a través de sus sacerdotes. Si los médicos siguen curando enfermos, los soldados cuidado a la población y los policías siguen vigilantes, por qué los soldados de Cristo siguen esperando el aval del Gobierno para también cumplir su labor ¿Es que acaso los que lideran este momento de crisis piensan que los peruanos se han olvidado de la fe? No quiero imaginar qué decisiones marxistas ministeriales sean los motivos verdaderos para evitar que un enfermo no pueda recibir los santos óleos o confesarse en los momentos finales de su vida, como se hace en otros países que vive lo mismo que nosotros. 

Es entendible la preocupación que existe sobre la posible transmisión del virus a través de la misión de los sacerdotes. Pero me pregunto si no sentimos esa misma inquietud por los médicos, enfermeras, fuerzas policiales y militares que están al frente en la línea de defensa. La respuesta es la misma para todos ellos: su vocación es el servicio al prójimo hasta el final. 

Señor presidente de la República, no deje al pueblo sin fe ni esperanza. Señores Obispos, el pueblo hoy más que nunca espera sentir a la Iglesia cerca y que cumpla su misión, la salvación de las almas. El pueblo no solo necesita ayuda material, como lo vienen haciendo tan bien con los Cáritas del Perú, sino también ayuda espiritual. El mundo de hoy necesita a sus mejores héroes para esta guerra, como lo recuerda el mismo Papa: “Pienso en los santos de la puerta de al lado en este momento difícil. ¡Son héroes! Médicos, religiosas, sacerdotes, operarios que cumplen con los deberes para que la sociedad funcione. ¡Cuántos médicos y enfermeros han muerto! ¡Cuántos sacerdotes, cuántas religiosas han muerto! Sirviendo” (id).

Esta Semana Santa será distinta e imborrable para todos los peruanos. Es necesario que nos esforcemos quedándonos en nuestras casas para evitar que este virus se propague, es un momento crucial de fe que viviremos de una manera distinta. Hoy nos toca vivir la pasión, muerte y resurrección de nuestro Salvador desde nuestro hogar. Hoy nos toca unirnos al Señor de los Milagros desde la intimidad de nuestro corazón para pedirle por nuestro país y para que nos siga manteniendo juntos, unidos por la esperanza.

Fernando Lino
16 de abril del 2020

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