Visiones encontradas sobre manejo económico peruano

En los 40 días que tiene José Salardi como titular del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), las posiciones de los agentes económicos están divididas: los empresarios están entusiastas con él, mientras que los analistas institucionales discrepan sobre su proyección de crecimiento y el Consejo Fiscal (CF) del cumplimiento de la meta déficit fiscal. 

Los gremios empresariales lo han catalogado como un profesional calificado y eficiente, dada su buena performance como director ejecutivo de ProInversión; han mostrado que le tienen confianza, la que se ha reforzado por sus declaraciones favorables sobre el régimen tributario para la agroexportación, el mantenimiento del drawback, el establecimiento de más Zonas Económicas Especiales (ZEE) y la promesa de no dar más aportes a Petroperú.

Las críticas han empezado por su anuncio de un crecimiento del PBI de 4% para este año. Los analistas de consultoras, de las oficinas de estudios económicos de la banca y de las calificadoras de riesgo, afirman que no se puede esperar más de 3.3%. Las opiniones vertidas están basadas en la potencialidad actual de la economía, aún falta plantear los escenarios internacionales adversos como consecuencia del manejo gubernamental errático de Donald Trump. 

Por su parte, el CF, más allá de ser parte de los críticos sobre el crecimiento del PBI, ha recomendado la revisión de ciertas políticas anunciadas por el ministro Salardi. Pongo la atención en tres de ellas: mantener el drawback actual, el régimen tributario para la agroexportación y el establecimiento de nuevas ZEE, Chancay y Callao.

Sobre el drawback, actualmente del 3% sobre el precio FOB de los productos exportados, que en teoría restituye costos de impuestos incurridos en el proceso productivo y que permite tener precios competitivos a nivel internacional, el CF discrepa, sostiene que es una de las fuentes del déficit. Corresponde al MEF explicar la conveniencia de su posición. Preveo que si la corriente de subida de aranceles nos llega, los exportadores van a pedir mecanismos adicionales al Estado. 

En cuanto al régimen tributario para la agroexportación veo dos vertientes: restituir el impuesto a la renta del 20% en lugar del 29.5% u otorgar el beneficio del 20% a las nuevas inversiones. La primera impacta directamente en el déficit y la segunda sí sería un incentivo a las inversiones para incrementar el área cultivada. De optar el ministro por la segunda opción, que considero la apropiada, el gremio agroexportador le quitará apoyo.

Una mirada aguda merece la promesa ministerial de implementar dos ZEE piloto: Chancay y Callao. La primera era de esperarse, dada la presión empresarial que existe, mientras que la segunda sí que es una sorpresa. 

Actualmente existen cuatro ZEE: Tacna, Ilo, Matarani y Paita; de todas ellas solo queda para el recuerdo los automóviles de timón cambiado de la derecha a la izquierda. Es imprescindible que nos expliquen los beneficios. Aquí el CF apunta correctamente. De retroceder Salardi en su promesa, tendrá a gremios industriales y comerciales en contra. 

Sobre el caso Petroperú, el juramento ni un dólar más será incumplido por presión de Palacio de Gobierno y porque no puede permitirse el Estado que la petrolera caiga en impago con bonistas en Nueva York y con crédito sindicado liderado por Deutsche Bank.

Hay un tema que no se aborda pero que es importante, el compromiso de otorgar nueve adendas a contratos de concesión existentes, sobre lo que me queda claro que no hay análisis alguno y si está procediendo para la trilogía: beneficio de grupos de interés y no del Estado, facilismo y para la tribuna, para mostrar grandes montos de inversión. 

Sobre el caso de Transportadora de Gas del Perú (TGP), con una concesión adicional nueva: Humay-Mollendo-Ilo y la de Cálidda con siete regiones nuevas, ya he explicado someramente la inconveniencia, la que ampliaré en próximas entregas, razones abundan.

En resumen, gran incertidumbre en la economía para este año.