Úrsula Letona

Un solo Perú: donde se separan las cuerdas

La necesidad de emprender reformas de segunda generación

Un solo Perú: donde se separan las cuerdas
Úrsula Letona
04 de diciembre del 2017

 

“He defendido el ideal de una sociedad libre y democrática en la que todas las personas vivan en armonía y con igualdad de oportunidades. Es un ideal por el que espero vivir y que espero conseguir”, aspiración que fuera expresada por Nelson Mandela. Sin duda, este sueño perseguido por Mandela es un ideal que debemos pretender por y para todos los peruanos; en especial aquel aspecto que se mide de forma tangible, el referido al de igualdad de oportunidades. Que la pobreza no sea un limitante para la movilidad social es lo que debe ofrecer a los peruanos la institucionalidad de nuestra joven democracia.

La reflexión viene con ocasión del planteamiento de la CADE para la edición del presente año, un tema conceptual y de aspiración: “Un solo Perú, no más cuerdas separadas”. Se da a entender que existe un divorcio entre el derrotero económico del país y la política, que no han sintonizado, que la prosperidad económica nunca pudo luchar efectivamente contra la pobreza. El mensaje tiene la perspectiva de que ambos busquen su concurrencia en el objetivo de catalizar las reformas que el país requiere no solo para generar un mayor crecimiento económico, sino también el desarrollo, que implica bienestar para todos los peruanos.

Existe unanimidad en la necesidad de emprender reformas de segunda generación. Asistimos a una amplia discusión de aspectos en los que deben incidir las reformas: salud, educación, trabajo, pensiones, justicia y otros. Pero las propuestas deben ser planteadas y articuladas desde las diversas fuerzas políticas, especialmente del actual partido de Gobierno, en el entendido de que los votos obtenidos responden a las propuestas que realizó y que hoy le toca diseñar, proponer y ejecutar desde el Poder Ejecutivo.

Sobre el tema de salud, este Gobierno encargó a la Comisión de Protección Social elaborar propuestas para mejorar los servicios de salud. En su informe, luego de realizar el correspondiente diagnóstico del estado actual en que se brinda este servicio, recomiendan avanzar en la mejora de su prestación gestionando eficiencias, pues se ha puesto en evidencia la gran falta de articulación que existe en los servicios de salud a cargo del Estado, por lo que acometer tal mejora se encuentra en manos del Poder Ejecutivo.

En educación existe coincidencia en que el Estado cuenta con una media óptima de infraestructura para la prestación de los servicios de educación, y que se ha mejorado sustancialmente el acceso tanto en el nivel básico, primario y secundario. Entonces, cabe preguntarnos ¿dónde está el problema? Básicamente el problema radica en la escasa calidad de nuestra educación. Para acometer una gran transformación en la calidad, sin demandar mayores recursos, debemos recurrir al uso de tecnologías de información que permitan remontar el retraso que tiene nuestro país en materia de educación. Además de mirar experiencias exitosas de la región y fuera de la misma, se debe considerar las recomendaciones diversas sobre este tema. Una situación que evidencia que nuevamente nos encontramos ante la falta de capacidad de gestión en el sector en en los últimos años.

Sobre el sistema de pensiones, la Comisión de Protección Social presentó al Poder Ejecutivo una propuesta que resulta difícil de implementar por la demanda de recursos del fisco (y su carencia). Pero a partir del diagnóstico entregado —muchos especialistas coinciden en que es bastante positivo y sustancial—, esperamos que el Poder Ejecutivo genere una propuesta sobre la dirección que debe tomar la reforma del sistema pensionario de cara al Bicentenario.

Otro tema en el cual el Poder Ejecutivo debería mostrar resultados es la capacidad para concretar proyectos de inversión, pero a la fecha no tenemos avances en grandes o medianos proyectos que generen en el futuro el stock de capital para dinamizar el desarrollo. Basta ver lo que viene aconteciendo con la reconstrucción del norte del país para medir la incapacidad de gestión del Poder Ejecutivo, que afecta a una buena parte de nuestros compatriotas. Miremos la ejecución en educación, agricultura y otros sectores, que alcanzan a lo mucho el 66% del presupuesto asignado, según el portal del Ministerio de Economía y Finanzas.

Podemos abordar muchos temas que requieren ser considerados como parte de un gran paquete de reformas. Esta semana en la CADE se ha pretendido poner en evidencia la urgencia de muchas de estas reformas, pero algunos de los voceros del sector empresarial ponen la carga sobre una parte de la mesa. Pretenden señalar al Poder Legislativo por la ausencia de esas reformas, pero no se toma en consideración que las propuestas de reforma que impliquen iniciativa de gasto deben partir del Poder Ejecutivo, y que corresponderá su debate y aprobación en el Congreso.

Sin duda, desde el Congreso de la República deben plantearse mayores iniciativas que comprendan reformas políticas. En el caso de la reforma electoral, tenemos el objetivo que como resultado final, luego de aprobadas las reformas legales y constitucionales, podamos aprobar un Código o Ley Electoral.

No se trata de señalar responsabilidades, ni mucho menos de eludirlas, sino de buscar e identificar coincidencias. Para ello basta con mirar objetivamente en qué consiste el equilibrio de poderes que consagra nuestra Constitución, así como las funciones que esta le asigna al Poder Ejecutivo y al Poder Legislativo. Roles de fácil comprensión en la lectura, pero de inmensa dificultad en su ejecución.

 

Úrsula Letona
04 de diciembre del 2017

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