Berit Knudsen

Tecnofeudalismo, cambio de cliente a usuario

La transformación no es solo tecnológica: es política y cultural

Tecnofeudalismo, cambio de cliente a usuario
Berit Knudsen
29 de mayo del 2025


Durante el siglo XX ser cliente significaba ser propietario: comprábamos libros, discos, electrodomésticos o licencias de software, bienes materiales o digitales convertidos en parte de nuestro patrimonio personal. La relación era sencilla y directa: pago único, propiedad permanente. Decidíamos actualizar, renovar o usar indefinidamente el mismo producto; una relación de propiedad que ofrecía control, autonomía y libertad.

Hoy ese modelo ha sido reemplazado por otro. Ya no somos clientes en el sentido clásico, somos “usuarios”. No compramos, accedemos. No poseemos, alquilamos. No decidimos, aceptamos condiciones de uso que cambian sin aviso, unilateralmente. Lo que eran bienes, ahora son servicios empaquetados bajo suscripción. La música no se compra, se escucha en Spotify. Los libros no se adquieren, se leen en Kindle. El software no es perpetuo, se ejecuta en la nube mientras paguemos. Uber convierte al automóvil en un bien compartido, alquilado o solicitado bajo demanda.

La propiedad reemplazada por el “acceso” implica una transformación estructural de la economía y relaciones de poder entre empresas y personas. La cultura XaaS “Everything as a Service” (todo como servicio) convierte todo en suscripción, el control no lo tiene quien paga, sino quien posee la infraestructura que ofrece el acceso.

Este modelo es lo que el economista Yanis Varoufakis describe como “tecnofeudalismo”, etapa poscapitalista donde grandes plataformas digitales actúan como señores feudales que comercian bienes y servicios; poseen los territorios digitales en los que trabajamos, interactuamos, consumimos y producimos. A diferencia del capitalismo clásico, en el que las empresas competían por vender a clientes propietarios, el tecnofeudalismo es el escenario donde las plataformas controlan ecosistemas cerrados, extrayendo rentas de usuarios cautivos.

A diferencia del feudalismo medieval, el activo es el espacio digital, no las tierras. Los usuarios generan contenidos, datos, clics, visualizaciones. Los nuevos campesinos no poseen lo que producen, lo entregan al señor feudal. No se puede transferir el acceso, revender música, ni conservar una copia del software. Cada clic, búsqueda o interacción se recopila, procesa y monetiza generando rentas constantes para plataformas que imponen reglas borrando cuentas, cambiando precios, censurando contenidos o retirando productos sin aviso.

La centralización del poder en plataformas como Amazon, Apple, Google, Meta o Microsoft revela estructuras de control que administran el acceso a productos, conocimiento, relaciones sociales, trabajo y entretenimiento. Intermedian el consumo, lo condicionan, regulan y limitan. El modelo XaaS es una arquitectura de dominación económica. No venden, capturan usuarios con relaciones continuas de pago, atractivas por su bajo costo, acumulativas en el tiempo y desiguales en términos de negociación.

Aunque paguemos por años, el derecho de uso perpetuo desaparece; el mercado de segunda mano se elimina, el ciclo de vida de bienes digitales se reduce; los pagos aparentemente pequeños incrementan el gasto total; el control y relación con el usuario se concentra en pocas empresas regulando los productos. Así, la autonomía personal queda supeditada a las cambiantes reglas de las plataformas.

La transformación no es solo económica o tecnológica: es política y cultural. Sin derecho de propiedad, perdemos soberanía sobre objetos y servicios cotidianos. Como usuarios dependemos de estructuras sin auditoría o control. Se normaliza el acceso condicionado, contenidos efímeros, concentrando el poder sin lógica democrática.

En esta nueva era debemos preguntarnos si queremos ser inquilinos permanentes de las plataformas digitales, renunciando a la propiedad en nombre de la conveniencia, pagando eternamente por algo que nunca será nuestro. Con el discurso de la eficiencia y la innovación, convertirnos en usuarios nos aleja del acceso a la propiedad.

Berit Knudsen
29 de mayo del 2025

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