Tan cerca, tan lejos

Sin duda la crisis sanitaria que nos ha golpeado ha cambiado nuestra vida de manera dramática. Cada uno de nosotros ha sufrido la pérdida de alguno o varios seres muy queridos, amigos cercanos, compañeros de trabajo, profesores, ex alumnos, en fin, la lista es inacabable.

Se siente tan cerca este dolor y a la vez parece tan lejano el momento en el que esta pérdida de vidas se detendrá, que todos nos alegramos con verdadera emoción cuando vacunan a nuestros adultos mayores. Acompañarlos y ver cómo se vacunan, nos muestra que no hemos fallado del todo, que aún podemos seguir luchando para evitar que más personas queridas se vayan.

Pero hoy urge que el gobierno desarrolle una estrategia mucho más agresiva para vacunar al resto de la población, porque somos millones los que estamos en esa lista de espera. Y esta estrategia debe ser conversada con quien triunfe en las próximas elecciones para que el proceso de vacunación fluya sin ningún contratiempo.

Eso supone que los funcionarios de las distintas organizaciones públicas que estén a cargo de procesos críticos (y no me refiero a las posiciones políticas y de confianza) sean los más competentes y cuenten con la autonomía necesaria para que los plazos de vacunación sean los menores posibles. Solo así podremos conseguir la inmunidad de rebaño que nos permita recuperar la esperanza y la posibilidad de regresar a generar el sustento de cada día, sin el natural temor que todos tenemos de contagiarnos.

Ese proceso de transferencia de competencias, la transición de gobierno, es la más importante, pues de la pulcritud y eficiencia con la que se realice dependerá la tan ansiada reactivación económica de nuestro país. Y también nos dará el aire y espacio que necesitamos para reconstruir rápidamente una oferta de servicios en materia hospitalaria que permita atender las necesidades prioritarias de la población de manera preventiva.

Estamos aún en un doloroso proceso de aprendizaje, pero sin duda aleccionador. Lo hemos dicho y lo repetiremos siempre que haga falta en este espacio que tan generosamente nos permite El Montonero: debemos trabajar para que todos tengamos igualdad de oportunidades en el acceso a salud, educación, alimentación y protección social de calidad. 

Y esa es una responsabilidad de todos los que hoy formamos parte de nuestra sociedad, ya sea que trabajemos en el sector privado o en el lado público. El Perú nos necesita unidos y trabajando en una misma causa: el presente y el futuro de nuestra patria.