Alan Salinas

Sobre Metamemorias

¿Cómo forjó su liderazgo Alan García?

Sobre Metamemorias
Alan Salinas
02 de enero del 2020


El dos veces presidente del Perú, Alan García Pérez, dejó al país su obra póstuma titulada
Metamemorias (Planeta, 2019). En una época en la cual es poco común que un político escriba y deje un testamento político, las memorias del expresidente son valiosa contribución a nuestra clase política, tan venida a menos, y a nuestra precaria y silenciosa academia peruana.

¿Cuál es su contribución? Alan García propone en su texto la construcción de un método de acción política a partir de tres elementos, que los grandes tratadistas políticos –como Maquiavelo y Sun Tzu– sintetizaron en sus enormes libros, El Príncipe y El arte de la guerra” respectivamente: pensar/hacer política desde lo que hicieron los grandes líderes a través del tiempo, pensar/hacer política desde el estudio de la geografía, y hacer/organizar la política desde las técnicas del arte de la guerra. 

Desde esos puntos quisiera yo tratar esta obra. Desde el estudio de los grandes líderes, podemos apreciar el impulso que tuvieron para él –primero– sus líderes en casa, como fueron su abuela Celia y su padre Carlos García, espartanos del inicio del aprismo. Ambos, cada uno en su tiempo, hilvanaron racional y emocionalmente el carácter del líder aprista. Fue el preludio para lo que vino después: conocer al genio creador Haya de la Torre, un gigante, un filósofo, un conductor religioso de la política peruana y mundial. Posteriormente, conocer al argentino Perón, al mítico Mitterrand, y quien cambió China, Den Xiao Ping. Ellos establecieron las “leyes” que tiene la política, como solía Alan García a quienes lo frecuentábamos. 

Es a través de estas “leyes” que construyó su figura política a la llegada de su periplo académico por Europa; en la asunción de la Secretaría General del Apra a los 33 años; en la llegada al poder en 1985 (a los 35 años); en el destierro en los noventas; y a su vuelta al Perú el 2001 para llegar nuevamente al poder –con el calor de los votos populares– el 2006. Así, a través de esos desafíos que le puso el tiempo, construyó su liderazgo. Como solía decir: “Hay que pasar de ser dirigentes a ser líderes”. 

En lo que respecta al segundo punto, Alan García nos da la perspectiva del conocimiento de la geografía. “Hay que conocer dónde estamos situados”, siempre nos decía. En el libro, podemos apreciar que –como fiel seguidor de Maquiavelo y Sun Tzu– había que estudiar la geografía para las batallas políticas. Es así como –por ejemplo– “renacionalizó” al Apra al hablarle a las “cajas de resonancia” del Perú, como son Cajamarca y Puno. Por Cajamarca se hablaba al norte peruano y a la selva alta. Por Puno, se hablaba al sur esquivo, que le dio el calor de sus votos en 1985. 

Es a través de ese estudio que –ya en el segundo gobierno aprista– propuso la construcción de la Alianza del Pacífico, unidad de países con integración económica y política en América Latina. Conociendo la tierra –desde el pasado y el presente– se contribuye a dar forma política mediante el discurso y las obras materiales. Es lo que hizo, convirtiendo en realidad el sueño aprista de la unidad continental.

En lo que respecta al arte de la guerra, Alan García estudió no solo las estrategias y tácticas a seguir para construir su liderazgo. Estudió –y eso lo señala en sus memorias– cómo los grandes líderes y sus adversarios construían su forma de hacer política. Sun Tzu decía que hay que estar preparados para la guerra, pero habría que estar más preparados, en tiempos de paz, en el arte de la guerra. Esa es una de las máximas del libro: aprender siempre y estar siempre listos. La enorme paciencia. 

En el trasfondo de estos tres elementos para entender el libro está la cuestión del poder, de cómo entenderlo, de esa hybris que está en su seno y de cómo poder emplearlo para fines de pasar a la historia. Aprendí mucho de Alan García, de su genio y figura. 

El libro, en síntesis, es un gran método que todo amante de la Política, con mayúscula, debe leer.

Alan Salinas
02 de enero del 2020

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