Juan Carlos Valdivia

Siesta moqueguana

Vizcarra cree que tiene todo el tiempo del mundo para gobernar

Siesta moqueguana
Juan Carlos Valdivia
27 de marzo del 2018

 

Siesta moqueguana: dícese del descanso posterior al desayuno, al que están acostumbrados los hacendados moqueguanos. Al levantarse de madrugada para atender sus labores en el campo, concluidos estos y regresar al hogar a tomar desayuno, el moqueguano toma una siesta en pijama a media mañana. Es un tema de tiempos propios del campo. Por eso no llama la atención que el nuevo presidente de la República se haya tomado su tiempo para nombrar al nuevo gabinete. “Diez días” dijo apenas pisó suelo peruano, al regresar desde Canadá para asumir su nuevo cargo.

Según nuestra Constitución, en su artículo 120°, “Son nulos los actos del Presidente de la República que carecen de refrendación ministerial”. Por eso los presidentes recién electos, luego de juramentar y leer su discurso inicial (actos para lo cual no necesitan participación de ministros, de acuerdo a lo dispuesto en la Constitución), proceden a nombrar su gabinete de ministros.

Siendo el presidente Vizcarra la continuación del Gobierno de Kuczynski, debiendo completar su periodo constitucional hasta el 28 de julio del 2021, pudo quedarse con el mismo gabinete ministerial. Sin embargo, anunció que cambiaría “completamente” de ministros. Esto significa que, durante diez días el Estado estará de vacaciones. Los funcionarios no firmarán nada y los ministros menos aún. Han entrado en un periodo de indefinición.

Los ministros despedidos en pleno Congreso de la República, aunque cierto es que habían renunciado todos ante Kuczynski, se dedican a recopilar los documentos que han firmado y organizar sus archivos. No han sido llamados por el presidente Vizcarra, y lo más probable es que no serán llamados. ¿Puede darse el Perú el lujo de estar parado por diez días?

Vizcarra cree que tiene todo el tiempo del mundo. Es un moqueguano del siglo XX en medio de la velocidad del siglo XXI. Los pocos nombramientos de funcionarios de Palacio de Gobierno los ha hecho gracias a Mercedes Aráoz, quien ha puesto su firma en las resoluciones correspondientes. Pueden ser importantes, pero se esperaba que, ante la crisis política, Vizcarra tuviera una respuesta pronta, que ya tenía pensado su gabinete y que comenzaría a trabajar inmediatamente. Sus visitas a un hospital o a un colegio, de qué sirven si no tiene un gabinete que pueda ejecutar. Puro efecto comunicacional, pero nada en la realidad constitucional.

Un buen discurso de inicio. Corto, sin vuelos académicos, cumpliendo con “lo que le gusta a la gente”. Pero es no es suficiente, y el tiempo pasa. Basta ya de siestas. ¡Es hora de despertar!

 

Juan Carlos Valdivia
27 de marzo del 2018

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