REPRO II: Régimen de Reprogramación de Deuda

Hoy quiero aprovechar la oportunidad que me brinda Víctor Andrés Ponce de escribir en el primer portal de opinión de Perú, para darles mi infinito agradecimiento a todas aquellas personas que han hecho posible que se apruebe el REPRO II. Quiero darle las gracias al presidente de la República, a los ministros y a todos los funcionarios del Estado que han trabajado para que se apruebe el Decreto de Urgencia Nº 30-2019.

No muchos saben que, por distintas razones, los gobiernos locales, regionales y el central, en gestiones anteriores, le retuvieron al trabajador el 10% de su remuneración mensual, sin depositar esa retención en la respectiva Cuenta de Capitalización Individual (CIC). Y que, a pesar de las miles de acciones de cobranza judicial iniciadas por las AFP, muchas de estas deudas, que se iniciaron con la creación del sistema privado de pensiones, en 1993, han crecido de manera exponencial en el tiempo.

A pesar de los múltiples esfuerzos por recuperar la deuda, con cerca de un millón de trabajadores estatales, es recién en el 2016 que se emitió el Repro I (gobiernos regionales y locales) y en el 2019 se promulgó el Repro II (que incluye a las instituciones públicas no acogidas al anterior).

Este régimen, denominado Repro, permite que la deuda se reduzca sin perjudicar al trabajador afiliado a una AFP. Esto porque se eliminan todas los intereses compensatorios y moratorios; además se reconoce la rentabilidad que ese dinero hubiese obtenido si se hubiera depositado en la CIC en su oportunidad, pues incluye el factor de actualización del fondo 2.

En el caso del Repro I, el esfuerzo conjunto público-privado ha permitido la recuperación del 85% de la deuda pactada. Esto es sumamente positivo, si tomamos en consideración que las entidades que aún no logran pagar están buscando, en coordinación con el Ministerio de Economía y Finanzas, los canales para hacerlo.

No puedo sino dar las gracias porque estos Repros –que tomarán 10 años de trabajo continuo y coordinado– demuestran que sí es posible que el Estado y el sector privado (el gremio de las AFP y las propias AFP) trabajen juntos para que al afiliado tenga el dinero en su CIC y goce del derecho a la protección social, que debería ser universal.

Hay retos pendientes sin duda. Ya les contaré sobre los avances que vamos logrando en este y otros temas, porque soy una firme creyente en que, desde el lugar en que estemos, tenemos que servir al afiliado, al trabajador y al ciudadano.

Quiero agradecer infinitamente también a la prensa, que se compró este pleito con nosotros, y a cada uno de los afiliados porque nos han acompañado con los testimonios que hemos logrado a nivel nacional. Eso nos demuestra que, a pesar de que era difícil, casi 30 años después logramos poner al ciudadano en el primer lugar; más allá del costo fiscal (que sí importa) y de las ambiciones políticas (que a veces suelen ser excesivamente corto placistas). ¡Infinitas gracias a todos!