Reflexiones pedagógicas para una saludable convivencia

David Auris Villegas (Huancavelica, 1975) es un personaje de la educación en nuestro país por su dedicación en temas pedagógicos, didácticos, de mediación y hábitos de lectura, entre otros, que atañen al ámbito de la formación del ser humano.

Pero es también un escritor y poeta que ha venido publicando algunos libros que dan testimonio de su pasión por la literatura. Entre estas obras tenemos títulos como “Cuentos de medianoche”, “Mañana al despertar piensa en mí”, “Estrategias didácticas de comprensión lectora para la vida”, “Mañana cuando me vaya, piensa en mí”, “Cómo redactar artículos científicos” y “Minicuentos para soñar”.

Auris Villegas tiene toda una carrera como docente universitario y como columnista y analista en temas educativos que lo han forjado en el abordaje de asuntos pedagógicos desde una perspectiva amplia, holística, pero también vitriólica, es decir, coloca el punto sobre las Ies. 

En ese sentido, recientemente, ha sacado a la luz un libro que considero fundamental para quienes estamos interesados en la educación, especialmente en aquel aspecto que apunta a una saludable convivencia. La educación debiera estar impregnada en diferentes espacios de nuestra existencia.

El maestro Luis Jaime Cisneros siempre nos recordaba que, si se quería combatir la corrupción, entonces sería desde las aulas el lugar donde debiéramos iniciar aquella cruzada y, desde luego, la educación era la mejor arma contra este flagelo, la medicina ideal contra esta metástasis que aqueja sin tregua nuestra sociedad. Además, en tiempos de conflictos bélicos, este libro cae como anillo al dedo para reflexionar sobre el proceder de las autoridades en el mundo.

“Hacia una educación del buen vivir” es la más reciente obra publicada por el maestro David Auris Villegas. Se trata de la recopilación de sus diversos artículos que se han dado a conocer en diferentes medios de comunicación del Perú y del extranjero. 

Nada escapa al ojo pedagógico del autor; todo suceso, circunstancia o personaje que le sea relevante o significativo, aprovecha para escribir sobre ello, imprimiéndole dosis didácticas y aleccionadoras en cada texto, dejándole al lector reflexiones por aplicar en la vida diaria.

Al leer el libro de Auris, renovamos nuestra esperanza y entusiasmo en la educación porque cada artículo muestra una realidad distinta y en cada uno también nos deja una suerte de moraleja, una enseñanza, una lección.

El autor, quizá sin proponérselo, alude en cada escrito a la etimología de la palabra “educación”, que es extraer, sacar. Y, en efecto, en cada texto extrae lo mejor de cada personaje o acontecimiento. 

Precisamente, el detalle distintivo del libro tal vez sea su cariz altamente optimista, pero es un optimismo realista, objetivo, sin excesos de idealismos. 

El libro es ideal para ser compartido en familia, pero también para estudiantes de educación, docentes de todos los niveles, entre otros. 

Su contenido es propicio para que esta obra sea incluida en el Plan Lector de cualquier colegio porque su lenguaje es accesible, los temas encajan en todo contexto y, posiblemente, muchos se identifiquen con las situaciones que se plantean en el transcurrir de sus páginas. 

Compartir esta obra y hacer que la lean las nuevas generaciones hará que sembremos una buena semilla cuyos frutos del futuro alcanzarán una sociedad más justa y equitativa, pero también más solidaria y con condiciones favorables para la convivencia.

El maestro Luis Jaime Cisneros Vizquerra, el formidable lingüista, solía decirnos que la palabra “leer” provenía del mundo de la agricultura y que significaba “recoger la buena cosecha”.

Por eso, tenemos que hacer que los jóvenes, especialmente, lean el libro de Auris Villegas, porque en ellos depositamos y ciframos nuestras expectativas para construir una nueva sociedad, una que sea más inclusiva y no exclusiva, una que sea más saludable en convivencia y con menos violencia, una que sea más educadora y que elimine su codicia devoradora.

¡Albricias! David Auris Villegas nos presenta un libro que ya era hora de que aparezca para convocarnos a la reflexión por la educación.