Renatto Bautista
Reflexionando sobre “Globalismo”: La hora de los patriotas
Séptima entrega sobre el libro de Agustín Laje

Siguiendo con el libro Globalismo del politólogo Agustín Laje, corresponde ahora hacer tres reflexiones puntuales sobre el séptimo capítulo, titulado “La hora de los patriotas”. Considero que en este último capítulo el autor busca hacer un llamado a todos los ciudadanos que no se alinean con la ultraizquierda, para que unan esfuerzos frente a un enemigo poderoso, respaldado por millonarios, como se ha evidenciado a lo largo del libro.
La primera cita, tomada de la página 535, dice lo siguiente:
“Los patriotas deben levantar los estandartes del modelo republicano, el del ciudadano como participante activo y comprometido con la política.”
Entiendo que mi colega llama "patriotas" a quienes no forman parte del espectro de la izquierda woke o globalista, es decir, conservadores, liberales o republicanos. Sugiere, en esencia, que se reivindique el principio de que el ciudadano tiene un rol activo en la política. Esto es positivo, porque reconoce al individuo como agente de transformación política.
La segunda cita, de la página 563, señala:
“Los hombres de fe son ciudadanos, y también tienen derechos políticos. Esto significa que también votan. Pero si no tienen preparación e información política, terminan votando a favor de sus verdugos.”
Esta afirmación se ajusta perfectamente a la realidad peruana, una sociedad en la que una gran masa de ciudadanos actúa sin convicción. Pongo un ejemplo personal: cuando cursaba mi maestría (2015-2017), comenté con un grupo de compañeros que estaba leyendo El libro negro de la nueva izquierda. Uno de ellos, que se identificaba abiertamente como evangélico (probablemente luterano), me increpó diciendo que Laje era un “agente de la división y del odio”. Le respondí: “Laje defiende lo que tu pastor luterano no hace: el sentido común y la verdad. Si dices ser evangélico, entonces debes venir de un grupo socialista.” El sujeto se dio media vuelta. Ese es uno de los problemas del Perú: muchos no saben identificar a sus verdaderos enemigos, y sus pastores se limitan a la religión, sin enseñar que se debe ser coherente entre la fe que se profesa y el voto que se emite. Algunos sacerdotes y pastores siguen atrapados en sus miedos y absurdos odios. Claramente, jamás entendieron el mensaje de Cristo.
La tercera cita, de la página 574, dice:
“El verdadero temor del globalismo ha quedado expuesto con claridad: temen las batallas culturales y electorales de los patriotas; temen las posibilidades políticas del Internet; temen el despertar de las iglesias; temen la educación de los padres de familia; temen la voluntad de los pueblos y los resultados de las urnas.”
En cuanto a las batallas culturales, los argentinos Javier Milei, Agustín Laje y Nicolás Márquez han dado grandes lecciones, porque lograron pasar de la batalla cultural a la batalla electoral. Milei, en particular, tuvo la firmeza necesaria para derrotar al aparato peronista en una segunda vuelta complicada, pero decisiva. Lo cierto es que los globalistas temen que los buenos nos unamos y los derrotemos políticamente.
A modo de conclusión, invito a los jóvenes que leen este artículo a acercarse con objetividad al libro Globalismo de Agustín Laje. Les ofrecerá conocimientos sólidos, no propaganda política como la que suelen impartir ciertos “profesores” escolares afiliados al SUTEP. Espero que estos siete artículos, uno por cada capítulo del libro Globalismo, hayan sido de su agrado.
P.D.: El 12 de abril de 1966 se conmemora la fundación de la Facultad de Derecho y Ciencia Política de la Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV). Por ello, rindo un sincero homenaje a toda la comunidad villarrealina, en especial a mis colegas catedráticos, a los alumnos de la FDCP —quienes son nuestra razón de ser—, al personal administrativo y a mi dilecto amigo y maestro, don Víctor Taquia Vila, docente fundador y discípulo del notable civilista Jorge Eugenio Castañeda, primer decano de la Facultad de Derecho y Ciencia Política de la UNFV.
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