Carlos Hakansson

Potestas y auctoritas

El poder político y la sabiduría

Potestas y auctoritas
Carlos Hakansson
11 de octubre del 2021


La película
Gladiador (director: Ridley Scott, 2000) resulta reveladora para comprender la diferencia entre los conceptos de potestas y auctoritas. Al término de una pelea desigual, los cuerpos de Cómodo y Máximo –emperador y gladiador, respectivamente– caen muertos en la arena del Coliseo romano. Tras la pública reivindicación de Máximo como otrora leal general romano de Marco Aurelio, su cuerpo fue levantado por el senador Graco con la ayuda de la guardia romana, mientras que el cadáver del emperador abandonado en el suelo parecía un final propio de una popcorn movie de Hollywood, con finales tan irreales y llenos de efectos especiales. 

¿Cuál es la diferencia que existe entre los conceptos de potestas y auctoritas? La potestas es el poder socialmente reconocido en una comunidad política institucionalizada y aceptada socialmente. No se encuentra en manos de una persona, sino en instituciones regladas; también goza de una aceptación de la sociedad, pero sujeta a un conjunto de principios y normas para su ejercicio con un efecto tan civilizador como ordenado, ambos compatibles con la implacable fuerza del poder. En cambio, la auctoritas es el saber socialmente reconocido. Se trata de la prudencia, experiencia y sabiduría para enseñar, aconsejar, dictaminar, pero no ejecutar. Recordemos que los romanos no conocieron la separación de poderes, pero distinguían la potestad de la autoridad para la formación de la decisión política.

Un ejercicio intelectual para diferenciar potestas de auctoritas lo encontramos en los siguientes ejemplos. Del monarca o emperador romano, hasta el presidente de la República y un primer ministro parlamentario, todos ellos gozan de potestas. La ejecución de las resoluciones judiciales a cargo del ejecutivo también son una manifestación de potestas; pero las sentencias de los jueces gozan de auctoritas porque estos saben cómo realizar la justicia en el caso concreto (el derecho).

Ambas, la potestas y la auctoritas, se ganan y también se puede perder, pero existen notables diferencias para su conservación. Si en una democracia la potestas se gana en las urnas tiene un mandato fijo de duración por el principio de alternancia; a diferencia de la auctoritas que una vez ganada puede permanecer en la persona si conserva la honradez intelectual, la sencillez para reconocer sus errores y la prudencia en su obrar. La potestas fenece en algún momento, culminado el mandato, vacado, suspendido, tras su renuncia o llegada la muerte en ejercicio del cargo; en cambio la auctoritas puede perdurar incluso después de fallecer.

Ninguna es más importante que la otra, cada una cumple su función con cierta independencia. Los teóricos perduran en el tiempo y forman a los líderes y estadistas, un trabajo propio de una academia; pero los partidos políticos, como organizaciones, buscan alcanzar la potestas para realizar los cambios que estimen necesarios en la administración pública.

Volviendo al final de la película Gladiador, nos muestra a Cómodo (potestas) y a Máximo (auctoritas), frente a frente; ambos mueren al final de la pelea. Cómodo alcanzó el poder y lo ejerció durante su gobierno disfrutando su lado más seductor. Le gustaba el circo, no la política; tampoco aprendía de las críticas y odiaba la representación del Senado. En cambio, la figura de Máximo trasciende por su liderazgo, ejemplo y coherencia de vida frente a su ejército y su ideal de gloria para Roma.

En la actualidad no hemos cambiado mucho. Los jefes de Estado pueden alcanzar el poder, pero sus deficiencias no siempre se compensan con el sabio consejo de quiénes deben escuchar antes de decidir. Los asesores transmiten su saber socialmente reconocido y le dicen al gobernante lo que debe oír, aunque no le guste el mensaje. Por eso, los gobernantes no deben rodearse de asesores que le digan solo lo que quiere escuchar. La potestas y auctoritas son dos conceptos distintos pero complementarios, cada uno ocupa su respectivo espacio y no cabe confundirlos cuando actúan en el funcionamiento de una forma de gobierno.

Carlos Hakansson
11 de octubre del 2021

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