Pesimismo en las expectativas empresariales

De acuerdo a la última Encuesta Mensual de Expectativas Macroeconómicas del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), publicadas en su Nota de Estudios N° 55 del 4 de agosto del presente año, continúa el pesimismo en las expectativas empresariales donde los principales indicadores se mantienen en terreno pesimista (índice menor a 50). Así, tenemos que el índice de la economía a tres meses se ubica en 44.5 puntos, el índice del sector a tres meses se ubica en 45.4 puntos, el índice de contratación de personal a tres meses se ubica en 46.3 puntos y el índice de inversión de su empresa a tres meses se ubica en 45.6 puntos.

Las expectativas empresariales son las previsiones que los agentes económicos como las familias, las empresas y el Estado, realizan sobre el futuro de las variables económicas que son relevantes a la hora de prever el camino que tomará la economía de una nación o zona geográfica, teniendo en consideración no solo datos estadísticos históricos, sino también el análisis del posible comportamiento futuro de las políticas de gestión en una economía y el comportamiento de los mercados tanto a nivel nacional como internacional. Entre las variables relevantes en una economía podemos destacar, el Producto Bruto Interno (PBI), la tasa de desempleo, la inflación, el tipo de cambio, los cuales influyen en la inversión y el consumo. 

Con respecto a los resultados de la citada encuesta, era de esperarse el continuo pesimismo en las expectativas empresariales, debido a la falta de confianza presente y futura sobre la marcha del país, cuyo PBI ya decreció 0.45% en el primer semestre de este año, dado nuestro contexto interno de percepción de inestabilidad en los poderes del Estado, denuncias de corrupción difundidos por los medios de prensa, creciente inseguridad ciudadana entre otros problemas internos, y de manejo económico ante los retos que nos vienen dejando los desastres naturales, como el fenómeno del Niño Global.

Está claro que el motor de la economía de un país son las inversiones del sector privado y el papel promotor del Estado hacia ellas, apoyando los emprendimientos, especialmente de las micro y pequeñas empresas (mypes), por ser los mayores generadores de empleo en el país, y también motivando los grandes proyectos de inversión dado su efecto multiplicador en la economía en distintos sectores.

En tal sentido, a fin de revertir el continuo pesimismo en las expectativas empresariales, además de mantener una estabilidad macroeconómica y tener una política monetaria autónoma, se requiere estabilidad. Para ello los poderes del Estado deben enfrentar con transparencia, objetividad, sin medidas populistas y dentro del marco constitucional los problemas de nuestro contexto interno y ser proactivos ante el adverso contexto económico y geopolítico externo que impacta en nuestro país.