Jorge Varela
Nuevo orden internacional comunitario
La comunidad internacional como cuerpo político mundial

La construcción de una institucionalidad política mundial para “ganar la paz duradera” después de haber “ganado la guerra”, fue el gran tema que abordó el filósofo francés Jacques Maritain en seis conferencias impartidas en la Universidad de Chicago en 1949. Según el relato de Roberto Papini, quien fuera presidente del Instituto Internacional Jacques Maritain, profesor de la Universidad romana LUMSA, así surgió la obra “El hombre y el Estado”.
Dicho análisis fue estructurado desde una visión aristotélico-tomista que favorece su mejor comprensión. Papini decía que “el propósito (de Maritain) era delinear -a partir de una filosofía democrática de carácter personalista-comunitario, a menudo muy polémica a los ojos de pensadores modernos- los cimientos de la organización social, tanto a nivel doméstico como internacional, sobre una base pluralista y de respeto de los derechos ‘naturales’ de la persona, que fuese capaz de promover una paz duradera”.
El falso problema del gobierno mundial
Roberto Papini sostenía en 2003 que aunque el clima cultural era muy diferente, intentaría destacar la relevancia de la propuesta, enfatizando su atención específica en el orden internacional, asunto que estaba siendo confrontado violentamente.
Al respecto precisa que “el último capítulo de ‘El hombre y el Estado’ está dedicado al tema del gobierno mundial, asunto que Maritain había abordado en otras ocasiones, pero que percibía como fundamental para la 'supervivencia de la humanidad’, que en ese momento ya había entrado en la era de la interdependencia y de la bomba atómica” (Papini, artículo “El Hombre y el Estado de Jacques Maritain: El problema del orden mundial”).
Es necesario enfatizar que Maritain manifestó su convencimiento pleno de que “todo el problema se reducía a la sociedad política mundial y no al gobierno mundial". Antes había escrito: “el problema del gobierno mundial –yo diría, mejor, de una organización política mundial genuina– es el de la paz duradera”. Este pensamiento de Maritain elaborado durante los años cuarenta del siglo XX, provocó que Papini se preguntara 5 décadas después: “¿cómo podremos construir una sociedad política mundial que asegure la paz?” ¿Es realista plantear esta pregunta?”
El Estado no es soberano
“Según Maritain, es preciso superar primero que nada el concepto de ‘soberanía del Estado’. Para él, el Estado no es soberano como lo ha teorizado el pensamiento moderno y ni siquiera corresponde al concepto del pueblo organizado; esto es, el de ‘cuerpo político’ o ‘sociedad política’. El Estado es sólo una parte del cuerpo político, un “órgano instrumental” que disfruta de “plena autonomía” pero como representante, esto es, como un delegado que ejercita el gobierno y al que se le otorgan ciertas funciones, entre las que se encuentran las relativas a la libertad y al progreso de la justicia. Para Maritain, una teoría de las relaciones internacionales construidas sobre la soberanía del Estado, aceptando incluso que la soberanía puede limitarse a sí misma (como ocurre, por ejemplo, con los tratados internacionales), sólo puede estar basada esencialmente en las relaciones de poder que, en sí mismas, son cambiantes”. “Ésta no puede ser sino una teoría peligrosa” (artículo citado).
La comunidad internacional como cuerpo político mundial
Cuando el cuerpo político no ha sido absorbido por el Estado, puede generar para sí otros instrumentos institucionales, tanto a nivel nacional como transnacional. Por consiguiente, es a partir de los cuerpos políticos que la comunidad internacional debiera ser construida como una organización pluralista, capaz de superar lo que Maritain definió como la “anarquía entre las naciones”. Maritain argumentaba que no se puede perseguir un gobierno mundial por medio de una “teoría puramente gubernamental de la organización del mundo”. Esto conduciría a “un Super-Estado absoluto o a un Estado superior privado de su cuerpo político”, porque “la pretensión, en la Edad Moderna, de un super-Estado mundial absoluto sería la de un Imperio democrático multinacional, que no sería mejor que los otros” (artículo citado).
En síntesis, “sólo una ‘teoría plenamente política’, centrada en el crecimiento de un cuerpo político mundial, previo a la constitución del gobierno mundial, puede crear un orden internacional duradero, porque estaría construido sobre la voluntad de los pueblos de ‘vivir juntos’ para procurar el bien común de las personas”.
Juntos y en paz
En “El hombre y el Estado”, Jacques Maritain expuso el núcleo de su concepción en torno a la temática relacionada con el nuevo orden mundial: “vemos que el nacimiento de una sociedad política mundial sería el resultado de un proceso creciente, vital, en cuya tarea participarían todas las instituciones oficiales y privadas interesadas en cualquier tipo de acuerdos y cooperación internacionales, pero en donde el papel esencial correría a cargo de la voluntad del pueblo de cada nación, (la decisión) de vivir juntos en el mundo”: juntos y en paz.
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