Úrsula Letona

La vacancia ¡a solo ocho votos!

Se debe evitar que la figura presidencial siga debilitándose

La vacancia ¡a solo ocho votos!
Úrsula Letona
25 de diciembre del 2017

 

El título de este artículo pone en evidencia la escasa confianza que en la actualidad representa para el Congreso de la República el Sr. Pedro Pablo Kuczynski, a efectos de seguir a cargo de la conducción del país desde el Poder Ejecutivo. Solo ocho votos han separado al presidente de una declaratoria de vacancia por la causal de incapacidad moral permanente. Estamos, sin duda, ante una seria crisis de credibilidad del mandatario.

Conforme lo contempla nuestra Constitución Política, para que el señor presidente pueda ser vacado del cargo por la causal de incapacidad moral permanente se requiere contar con al menos con 87 votos de un total de 130 Congresistas. El resultado que se obtuvo no genera espacio para la celebración, como ha ocurrido, pues de toda la representación nacional presente en el Congreso de la República sólo 19 congresistas votaron para que el señor Kuczynski no sea vacado y siga en el ejercicio de la primera magistratura del país; 79 optaron por su no permanencia y 21 se abstuvieron.

Pero la lectura sobre la situación de los partidos representados en el Congreso de la República también evidencia una crisis interna en ellos. Sin duda el primer partido que voy a comentar es aquel al que represento, Fuerza Popular. Diez de nuestros colegas congresistas votaron por la abstención; con sus votos, de hecho, se hubiera logrado aprobar la moción de vacancia. Situación similar se ha presentado en el caso del Partido Aprista, tres de cuyos cinco representantes votaron a favor de la vacancia y los otros dos se abstuvieron. En el caso del Acción Popular, dos de sus cinco miembros votaron a favor de la vacancia y tres se abstuvieron. En el caso de Alianza por el Progreso, dos de sus miembros votaron por la vacancia y otros seis votaron por la abstención, con el ingrediente adicional de que uno de sus miembros renunció luego de la abstención mayoritaria de este partido. Esta situación, sin duda, mella la democracia partidaria aún precaria en los diversos partidos políticos, al votar sin observar los acuerdos adoptados o por razones distintas a aquellas del interés partidario.

Sobre los resultados detallados previamente, caben dos análisis además del señalado sobre la frágil credibilidad que representa el señor Kuczynski para la representación nacional. En efecto, muchos nos preguntamos cómo se pudo lograr la abstención de diez de los miembros de Fuerza Popular. Se especula mucho sobre una posible promesa del indulto a favor del ex presidente Alberto Fujimori —es decir, habrían negociado sus votos con la promesa del indulto—, lo cual no concuerda con las declaraciones de la presidenta del Consejo de Ministros, en el sentido que el indulto no es negociable.

Ello ha derivado en un escenario incierto, donde existen varias opciones de cómo procedería el presidente en caso de resolver el indulto, pues muchos de sus áulicos se oponen sin razón alguna a ese indulto. A ello hoy se suma la declaración del congresista Alberto de Belaunde, quien ha señalado que renunciaría si este fuese concedido. Difícil encrucijada para aquellos que lograron facilitar el teléfono al Sr. Fujimori para hacer las llamadas que fueron posteriormente reveladas por uno de los congresistas involucrados.

La otra situación a evaluarse es cómo haremos los partidos políticos para fortalecer la democracia partidaria y evitar fragmentaciones, una situación difícil de predecir. Pero en algunos casos las renuncias y expulsiones podrían significar una facilitada limpieza profunda que, a la interna, se condice con antiguos reclamos.

A futuro, y ante la proximidad de múltiples avatares para la clase política por los próximos episodios de la trama Lava Jato —que promete mayores novedades con la publicidad de la delación de Marcelo Odebrecht, que a su vez podría significar nuevos cuestionamientos contra el señor presidente, tal como lo deslizó ayer en Peru21 el congresista Mauricio Mulder—, la crispación política se mantendría, con el consecuente perjuicio para nuestro país.

Finalmente es importante precisar que en esta oportunidad la moción de vacancia planteada fue desestimada. Faltaron solo ocho votos y toca aceptar esta decisión democráticamente, pero eso no enerva la necesidad que tenemos de seguir meditando sobre los mecanismos existentes que nos permitan recuperar la confianza y evitar que la figura presidencial se siga debilitando. Para ello resulta imprescindible que se den las rectificaciones que corresponden, sobre todo en la forma como se viene conduciendo el país.

 

Úrsula Letona
25 de diciembre del 2017

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