La negación

El pedido del gobierno para que le den, por sexta vez, facultades legislativas.

El proyecto enviado al Congreso solicitando facultades para legislar en materia de seguridad ciudadana es -igual que el de facultades para legislar en materia económica-, un listado inorgánico virtualmente imposible de ejecutar en lo que resta del período de gobierno humalista.  Además, la mitad de las iniciativas que se mencionan no requieren ley, sino decisión política.

Lo que corresponde, entonces, es preguntar cuál es el verdadero objeto de estos pedidos. Y la respuesta que asoma es que el gobierno ve venir un mayor deterioro tanto de la economía como de la seguridad, y solo atina a presentar estos proyectos con la esperanza de que el Parlamento le niegue las facultades que pide. De este modo, cuando el agravamiento de ambos frentes sea visible para la población, el gobierno podrá culpar de ello al Congreso, que le negó las facultades para legislar sobre ambas materias.

Ante esta trampa ingenua, la oposición podría emplear la técnica del arte marcial de usar la fuerza del adversario. Concederle, por plazo breve, las facultades que pide -y que no será capaz de usar puesto que ya fracasó antes, también con facultades para legislar, en esos mismos objetivos-. Son cinco las veces que este gobierno ha pedido y obtenido facultades en materia económica –esta es la sexta-, y una vez en materia de seguridad –esta es la segunda-.  Ninguna sirvió para sus fines.

En siete semanas más, el país entrará al último año de este desangelado quinquenio. La oposición probablemente ganará la Presidencia del Congreso y, con ella, el control de la agenda política del país. Es el Congreso, entonces, el que tiene la sartén por el mango desde que el oficialismo perdió la mayoría parlamentaria. Solo que, en negación de la evidencia, el gobierno no acepta la realidad.

Así, pues, por legítima que sea la estratagema de esperar para ver, la verdad es que más sano sería decirle de una vez no al pedido de facultades del gobierno, ya que, si ayer no supo usarlas, carece hoy de legitimidad para pedirlas. Y si mañana el oficialismo tiene la desfachatez de echarle a la oposición la culpa de todos los males, ya veremos a quién le cree la gente.

Por Jorge Morelli (@jorgemorelli1)

10 – Jun – 2015