La alianza de la minería y la agricultura se consolida

Contrariamente a lo que acostumbra a afirmar la anti-inversión, el proyecto minero Tía María sigue avanzando, demostrando que será una operación modelo en términos socio-ambientales, porque la alianza que ha establecido para el desarrollo de la agricultura en el valle de Tambo se concreta y consolida en la provincia de Islay, región Arequipa.

En una de las visitas que realizamos al valle de Tambo años atrás, para conocer de primera fuente cual es la razón de la controversia, sucedía que la mayoría con quienes conversamos –y fuimos por todo el valle– no se oponía a la ejecución del proyecto minero. Los temores estaban vinculados a que si el Estado iba a cumplir su oferta de hacer realidad la construcción de la ansiada represa a cambio de dejar de obstaculizar la construcción de la mina.

Los pobladores indicaban que la primera vez que el Estado les prometió construir una represa para Tambo fue allá por los años sesenta, cuando gobernaba el presidente Manuel Prado Ugarteche. Desde entonces a la fecha se han sentado en el sillón de Francisco Pizarro 20 presidentes, algunos más efímeros que otros, unos más blandengues que otros, pero argumentaban ser respetuosos de la democracia, como si el caos fuese parte de la democracia. También hubo quien fue un desastre en el manejo económico; sin embargo, el viajecito de 10 años por Europa lo hizo reflexionar en la segunda ocasión que dispuso del anhelado sillón. Es decir, tuvimos un poco de todo, con uniformes o sin ellos.

Pasaron muchas autoridades por el valle de Tambo, desde ministros a presidentes, cada uno de ellos afirmó que la represa sería una realidad en su mandato, pero la realidad nos indica que el Estado postergó a Tambo una y otra vez. Por eso, las dudas y el desasosiego se instalaron en la percepción de los pobladores del valle.

Ahora, las cosas han cambiado, ha surgido una conjunción de intereses entre la agricultura y la minería, además, el gobierno de Dina Boluarte sabe que su mayor activo será dejar un país que va recuperando su ritmo de crecimiento, por lo que requiere incentivar la inversión. Si se deja invertir a la minería formal el Perú avanza, si se generan más recursos el Estado podrá comprometerlos en obras por impuestos.

En el valle de Tambo el problema no es el agua, el río trae suficiente agua durante casi todo el año; no obstante, en cierta época el caudal disminuye y, a veces, no satisface la demanda de agua. La solución es represarla y evitar que se pierda en el mar. Sin esa infraestructura será imposible asegurar –en mayor medida– la disponibilidad de agua en época de estiaje.

La minera Southern Perú, titular del proyecto Tía María, ha anunciado recientemente que ha culminado los estudios a nivel de perfil de la represa para Tambo. Ya no se trata de una promesa más, se trata del compromiso de una empresa que ha culminado la represa de Cularjahuira en Tacna, que está realizando estudios para la represa de Callazas, también en Tacna, que está financiando los Colegios de Alto Rendimiento  en Tacna, Moquegua, Apurímac, y ha ofrecido participar en los similares de Cajamarca y Arequipa.

Ya no existen motivos para oponerse, la represa será una realidad porque las obras son amores y las palabras se las lleva el viento, ojalá que se lleven pronto las que expresaban falsedades. La convivencia entre la agricultura y la minería sí es posible.