Javier Agreda
Julio Ramón Ribeyro según Peter Elmore
A 25 años de la muerte del autor de “La palabra del mudo”
![Julio Ramón Ribeyro según Peter Elmore](https://elmontonero.pe/upload/uploads_images/columna_javier_38.jpg)
Doctor en Literatura y Profesor en la Universidad de Texas, Peter Elmore (Lima, 1960) es uno de esos pocos escritores que logran desarrollar, paralelamente y con el mismo rigor, una labor creativa sumamente personal y también una valiosa obra crítica. Dentro de la primera destacan sus dos novelas, Enigma de los cuerpos (1995) y Las pruebas del fuego (2000), además de tres obras teatrales de las que ha sido coautor junto con el grupo Yuyachkani. Su obra crítica está conformada por los libros Los muros invisibles. Lima y la modernidad en el siglo XX (1993) y La fábrica de la memoria (1997) -sobre la novela histórica latinoamericana-, además de una extensa producción de ensayos y artículos difundidos en diversos medios. Pero en esta oportunidad queremos recordar su libro El perfil de la palabra. La obra de Julio Ramón Ribeyro (PUC/FCE, 2002), una de las mejores aproximaciones críticas a este querido escritor, muerto hace 25 años.
Elmore sigue la trayectoria de Ribeyro a través de todas sus etapas y todos los géneros que este autor abordó en sus casi 50 años de ejercicio literario. Cada uno de los diez capítulos de El perfil... están dedicados a una o varias de estas obras, analizándolas en todos sus niveles, desde detalles formales (en especial las diversas focalizaciones del narrador) hasta temáticos y de contenido. Así son revisados, siguiendo un orden casi cronológico, todos los libros de cuentos que después pasarían a integrar La palabra del mudo (Desde Los gallinazos sin plumas, hasta Relatos santacrucinos), las tres novelas (Crónica de San Gabriel, Los geniecillos dominicales y Cambio de guardia), los textos autobiográficos y reflexivos (Prosas apátridas, La tentación del fracaso, Dichos de Luder) y las obras teatrales Santiago el pajarero y Atusparia.
El recuento le sirve a Elmore para encontrar las variantes y cambios producidos en la obra de Ribeyro a lo largo de su vida, y también las constantes. La principal es señalada en el primer capítulo: “el eje magnético de su producción no se halla tanto en las formas discursivas como en la flexible coherencia de la persona literaria”. Una persona literaria cuya mirada siempre está filtrada por el ejercicio de las letras y que se erige en una especie de “autoridad moral” ante la injusta e insensata configuración del mundo. Y que acaso por ello, comienza a replegarse cada vez más en lo subjetivo y en la memoria. Parafraseando a Elmore, si Ribeyro en sus primeros libros intentó hacer un mapa de la realidad peruana (LGSP, Cuentos de circunstancias), en los últimos terminó dibujando su propio rostro (Sólo para fumadores, RS, LTDF).
La gravitación de esta “persona literaria”, determina que buena parte de los mejores cuentos de Ribeyro tengan como protagonistas a escritores; o estén centrados en la experiencia de la lectura y en la vindicación de lo estético como modelo de conocimiento, como es el caso de Silvio en el rosedal. Desde esta perspectiva, el fracaso al que parecen condenados irremediablemente sus personajes –la pérdida de sus objetos del deseo— ya no solo es visto como una muestra de nihilismo o escepticismo de parte del autor. Elmore sostiene que a pesar de esos fracasos, los relatos tienen un cierto carácter afirmativo, pues lo que importa en ellos es la “aventura existencial”, el “anhelo de aprehender un orden pleno y coherente”.
Y aunque resulte casi una tautología encontrar que en la obra y la vida de un escritor el rasgo determinante es la “persona literaria” (especialmente porque el análisis de la “focalización” apunta en esa dirección), no se cae aquí en el tan común vicio de imponer esquemas a la obra analizada. Por el contrario la minuciosa lectura de cada uno de los textos, además del rigor académico al momento de sacar conclusiones, le permite a Elmore refutar muchas de las impugnaciones de la crítica a la obra de Ribeyro; y también dejar de lado su propia tesis central cuando es necesario. Por todo ello, El perfil de la palabra es un libro clave en la ya abundante bibliografía ribeyriana.
COMENTARIOS