Javier Agreda

Julio Cortázar y “Un tal Lucas”

A 40 años de la publicación del peculiar libro de relatos

Julio Cortázar y “Un tal Lucas”
Javier Agreda
09 de abril del 2019

 

Al argentino Julio Cortázar (1914-1984) se le suele considerar como uno de los escritores del llamado boom de la novela latinoamericana, a pesar de que por su edad pertenece más bien a la generación anterior, la de Octavio Paz, Lezama Lima, Sábato o Rulfo. De ahí que su obra presente notorias diferencias con respecto a las de García Márquez, Fuentes o Vargas Llosa (los más reconocidos del boom), desde la influencia del surrealismo y el existencialismo hasta una abierta preferencia por las formas breves y fragmentarias. Fue un verdadero maestro del cuento, en especial en su vertiente fantástica, y además publicó una serie de libros atípicos, reuniones de textos cortos en los que sus reflexiones eran expresadas con espíritu lúdico y mucho sentido del humor. Uno de esos libros, Un tal Lucas (1979) acaba de cumplir 40 años.

Lucas es el protagonista de una serie de relatos breves en los que casi siempre el azar transforma gradualmente una situación normal y cotidiana en otra absurda y hasta grotesca. En “Lucas, sus compras”, sale de su casa en pijama a comprar una caja de fósforos, pero una serie de encuentros casuales lo hacen pasar por una farmacia, una fiesta de cumpleaños y finalmente a quedarse solo en una calle en el extremo opuesto de la ciudad. En otros relatos es Lucas mismo el que crea estas situaciones a partir de una serie de decisiones poco usuales, como en “Lucas, sus lustradas” o “Lucas, sus regalos de cumpleaños”.

En la mayor parte de estos textos Lucas es solo un recurso del autor para —a la manera de Los dichos de Lúder de Ribeyro— pasar revista a muchos de sus temas y obsesiones más personales, saltando así de la narrativa al ensayo y en algunos casos hasta el aforismo. La misma capacidad de observación que le permitió a Cortázar encontrar en los hechos más cotidianos y triviales posibilidades para el desarrollo de historias fantásticas, es empleada en estos textos para descubrir lo arbitrario y erróneo en que están fundados aquellos valores y convenciones aceptados por la mayoría. Esta especie de “reducción al absurdo”, siempre irónica y divertida, es aplicada a asuntos tan diversos como el patriotismo (“patiotismo” o “patrioterismo” lo denomina), la sociedad de consumo, o las modas ecológicas y artísticas.

Destacan dentro del conjunto aquellos ensayos que comparten además una cierta dimensión ficcional, como en “Lucas, sus luchas con la hidra”, en que el personaje identifica sus rutinas y manías con una hidra: “Una cosa es matar a la hidra y otra ser una hidra que alguna vez fue solamente Lucas y quisiera volver a serlo”. En el extremo opuesto, pero también interesantes, están los textos en los que se puede advertir más directamente la presencia del autor y sus circunstancias personales. En “Texturologías” se hace una parodia de los métodos de la crítica literaria; en “Lucas, sus discusiones partidarias”, de los reclamos acerca del “compromiso” político en la literatura (un tema propio de la época); y en “Lucas, sus sonetos” los excesos formalistas de ciertos poetas.

Es conocida la caracterización establecida por Cortázar en su Historia de cronopios y famas (1962): los “cronopios” son personas libres y creativas que viven al margen de los convencionalismos, y los “famas” son los amantes de la seguridad, el orden y el respeto a lo establecido. El mismo Cortázar en su práctica creativa es un buen ejemplo de cronopio, tanto por estos libros que transgreden los marcos genéricos como por su muy personal uso de las palabras y las normas gramaticales, llevado al extremo en Rayuela (1963). No obstante, en Un tal Lucas el autor supera de alguna manera esa esquemática división, y si bien el protagonista es básicamente un cronopio, encuentra en sí mismo (como en el caso de la lucha con la hidra) muchos de los usos y costumbres propios de los famas. Todos somos a la vez cronopios y famas, parece ser la conclusión de este libro, imprescindible para los admiradores de la obra de Cortázar.

 

Javier Agreda
09 de abril del 2019

NOTICIAS RELACIONADAS >

El calígrafo de Voltaire

Columnas

El calígrafo de Voltaire

Escritor, guionista y editor, Pablo de Santis (Buenos Aires, 1963) es ...

18 de abril
Orbital: poesía en gravedad cero

Columnas

Orbital: poesía en gravedad cero

Con Orbital (Anagrama, 2025) la escritora británica Samantha Ha...

15 de abril
El arte de narrar el vacío: la microficción de Ricardo Sumalavia

Columnas

El arte de narrar el vacío: la microficción de Ricardo Sumalavia

La narrativa breve de Ricardo Sumalavia (Lima, 1968) se distingue por ...

31 de marzo

COMENTARIOS