Hugo Neira
Hispanofobia: otro de nuestros defectos
¿Por qué creemos —o nos hacen creer— que todo lo hispano es reaccionario?
En los artículos anteriores me he ocupado del viaje de José Carlos Mariátegui a la Italia de los inicios del siglo XX. En la columna del 12 de junio, me ocupé de su relación amistosa con Piero Gobetti, político y filósofo, en el momento en que crecían las masas fascistas. Gobetti era un liberal, lo que entonces era un riesgo para lo que sería más tarde la dominación de Mussolini. En las revista Amauta y Mundial, en 1929, Mariátegui presenta el pensamiento de Gobetti. Pero no solo se interesó por él sino que, gracias a su esposa, Ana Chiappe, el gran pensador que fue Mariátegui descubre las obras de Gramsci, la actividad de Sorel y Gaetano Mosca y conoce a Benedetto Croce, con quien la familia Chiappe tenía vínculos. No es lo mismo hojear un libro y conversar con su autor, cuenta mucho en la comprensión de la vida y los hechos eso que llamaríamos la presencia. Tiene una enorme vigencia.
Pues bien, ¿sabe usted, amable lector, que en un momento crítico de nuestra historia y la de España, hubo un señor Rafael del Riego, militar y político liberal, que marcó su curso? No se habla de él porque en la guerra de la Independencia, estaba del lado de los que perdían sus colonias. Pues bien a ese personaje, el gobierno español le encarga el mando del Segundo Batallón Asturiano de la Gran Expedición al otro lado del mundo para acabar definitivamente con las sublevaciones en América. No había San Martín y menos Bolívar, el caso es que el gobierno, en Andalucía, formó el mayor ejército de ultramar. En 1819, dicho ejército llegó a tener “20’200 infantes, 2’800 jinetes y 1’370 artilleros con 94 piezas de campaña, otras de menor calibre y abundante parque. Y catorce escuadrones de caballería” (Wikipedia).
Con tal ejército (gigantesco), el lector puede hacerse preguntas sobre la ruta y los medios marítimos. Pues por mucho que Inglaterra dominara los océanos, y después de los franceses, el reino de España había recuperado su corona y dispuso que la fuerza naval la conformarían 4 navíos de línea, 6 fragatas, 10 bergantines, 2 corbetas, 4 bergantines goleta, 2 goletas y 30 cañoneras. Con una tripulación de 6,000 marineros. El total de hombres —nos dice nuestra fuente histórica con toda honestidad (Wikipedia)—, está en discusión, entre 14,000 y 25,000. En cuanto a la ruta, unos historiadores mencionan que el plan era ir hasta Venezuela, otros que era desembarcar cerca de Montevideo, y tomar Buenos Aires. Otros más que el destino era México, lo más valioso de la monarquía. No aparece ni Chile ni Perú.
Pues bien no hubo expedición. Riego estaba al mando del 2° Batallón Asturiano, y decide no partir. Es el Pronunciamiento del 4 de octubre de 1820. Hasta nuestros días se conoce el Balcón en Tineo desde donde dio su discurso. En España, hay un monumento a Riego en Oviedo. Rafael del Riego muere en Madrid el 7 de noviembre de 1823, ahorcado, a los 39 años. Se había educado en la Universidad de Oviedo y graduado en Leyes y Cánones. Fue Capitán General de Aragón de 1821 a 1822 y también Diputado de España por Asturias (1822-1823). Rafael del Riego Flórez había nacido en el seno de una familia hidalga de Asturias y su padre Riego, Eugenio del Río Núñez, era poeta.
Los dos silencios
Dos enigmas tenemos que resolver. Primero, por qué Rafael del Riego se niega a poner en marcha la Gran Expedición. Segundo, por qué ese episodio de la lucha de las colonias y los problemas de España en manos de los reyes borbones, no está en nuestra historia formal.
I--Rafael del Riego, militar y político, impuso un régimen constitucional, en España, contra la monarquía absoluta de Fernando VII. Esperaba que se adoptara un régimen liberal. Ese momento en la historia de España se le conoce como el Trienio Liberal (1820-1823). No hay que pensar que Rafael del Riego era un político que deseaba ser Rey. En España, se detestaba el sistema absolutista. Del Riego dio su nombre al famoso himno -Himno de Riego-, adoptado más tarde por los liberales, y en el siglo XX, durante la Guerra Civil, por los republicanos españoles. Había ya en Europa regímenes constitucionales, Francia e Inglaterra. Por cierto, en Inglaterra ya se había adoptado una monarquía parlamentaria bicameral, tanto para la clase aristocrática como para los comunes, hasta nuestros días. Pero en la España de del Riego, restaurado el régimen absolutista (1814-1820), se castigó al autor del Pronunciamiento liberal de 1820 con el ahorcamiento. El Pronunciamiento estaba no solo en del Riego sino en diversos otros oficiales. Decían que España estaba viviendo a merced de un poder arbitrario y absoluto, ejercido sin el menor respeto a las leyes fundamentales de la Nación. El Rey debía su trono a cuantos lucharon en la guerra de la Independencia (cuando Bonaparte había invadido España). Y dicen también que la Constitución es el pacto entre el Monarca y el Pueblo, cimiento y encarnación de toda la Nación moderna, y la debe jurar. La Constitución española, justa y liberal, había sido elaborada en Cádiz, entre sangre y sufrimiento, en 1812.
II-- Historiadores en el Perú y algunos Estados latinoamericanos
Cádiz no es desconocida en la historia de España pero se olvida hoy, en la historia del Perú, que desde 1808 produjo las Cortes de Cádiz, ante la invasión de Napoleón. Se llamó a juntas en todo el territorio hispano. Pero algo más: las Cortes llamaron a los españoles de los dominios americanos. Se suele callar este llamado y, más adelante, diré por qué. En el Perú todavía colonia, se sabe que el Virrey Abascal cumplió de mala gana el encargo, dicen nuestros historiadores (Historia del Perú, Lexus, página 724). Era tiempo de levantamientos en Cusco y conspiraciones criollas. Pero al permitir ir a las Cortes de Cádiz, Abascal permite las PRIMERAS ELECCIONES DEL PERÚ. Se organizaron cabildos abiertos en Lima, Cusco, Guayaquil, Chachapoyas, Trujillo, Tarma, Piura, Arequipa, Puno y Huamanga. Además, cuatros peruanos que vivían en España —entre ellos, Dionisio Inca Yupanqui (cusqueño de sangre incaica)— y los diputados venidos de las colonias pidieron la igualdad con los peninsulares. En 1811, al cabildo llegó la noticia de que los diputados peruanos, por sus gestiones, habían obtenido libertad en la agricultura y la industria.
Las Cortes de Cádiz fueron la primera elección de representantes, antes de San Martín y Bolívar. Por la distancia y sin recursos. Solo el 20% de representaciones. Los estudios sobre la calidad y su presencia, es una temática reciente. Vale la pena, por ejemplo, Vicente Morales Duárez, hombre de leyes y profesor en la Universidad de San Marcos, quien participó en las Cortes de Cádiz. Faltan estudios sobre sus propuestas.
Nuestra historia nacional confunde los hechos históricos y las ideologías. En este caso, la desaparición de Rafael del Riego vale la omisión de su legado, y de paso Cádiz, la corriente liberal en España, entre otras. Hay que entender la identidad de España, no todo era conservadurismo. La sociedad española no era una España medieval. Ellos llaman así las grandes etapas durante la Reconquista. Era un país de fronteras internas. Pero desde 1492 la España de los reyes católicos, para la unidad nacional, es Castilla, Navarra, la toma de Granada. Desde los reyes católicos, la evolución de la vida política hasta la monarquía actual es digna de un libro extenso. Ahora, en su momento más poderoso es un Imperio, lo gobernaba la Casa de los Habsburgos y Carlos V. En realidad, era una treintena de Estados. Desde México y Perú hasta los Países Bajos. Un imperio multinacional. Acaso en nuestro tiempo no hay una sola España, son las Españas, las autonomías: Castilla, Cataluña, País Vasco,… y las zonas donde vivieron los musulmanes o moros, como Andalucía.
España, o las Españas, toma un camino muy distinto desde 1492, al poseer algo lejano del otro lado del océano. Pero no abandonó sus posesiones en Europa, los Países Bajos e Italia. Sus enemigos, dice el profesor Jean-Pierre Dedieu (autor de L´Espagne de 1492 à 1808), fueron Francia e Inglaterra. Durante siglos, Hispanoamérica físicamente llegó tarde a conocer las ideas de Las Luces, en las elites primero y luego en las clases populares. Acaso porque el catolicismo ha sido el cimiento de su fundamentos, no podemos sino clasificarla como una sociedad profundamente reaccionaria.
En el Perú hay una corriente intensamente anti-hispano. Olvidando que, para bien o mal, es nuestra lengua materna. No quita que se pueda hablar el quechua. Pero el idioma hispano es una lengua que reúne a más de 600 millones de personas. Un instrumento, el castellano, una ventaja, para defender nuestro continente que será fuerte cuando sea una federación, un sistema de unidades, sin perder la soberanía de nuestros Estados. También es cierto que no es sano lo que es vetusto.
Quizás Rafael del Riego pensaba como los hispanoamericanos: ser libres de imperios. Porque él sabía cómo Bonaparte había invadido su patria. O sea él no era distinto a los revolucionarios del otro hemisferio contrarios a los regímenes imperiales. Así de sencillo. ¡Eran liberales! Y probablemente francmasones todos (San Martín, Bolívar, Del Riego).