Aldo Llanos
¿Está el Papa Francisco contra el Opus Dei?
Respondiendo con simpleza y caridad
![¿Está el Papa Francisco contra el Opus Dei?](https://elmontonero.pe/upload/uploads_images/opus-dei.jpg)
Esta es la pregunta que mucha gente de buena voluntad se hace luego de leer una andanada de posts en diversas redes sociales a raíz de la publicación oficial del Motu Proprio del Papa Francisco “Ad charisma tuendum” (“Para tutelar el carisma”) del 14 de julio de este año.
Vale precisar que un Motu Proprio es un documento jurídico de la Iglesia Católica escrito directamente por el Papa promulgando una ley particular que modifica y perfecciona la llamada “constitución apostólica” (conjunto de documentos papales de alcance jurídico).
Lastimosamente, ha habido bastante desconocimiento, incomprensión y “mala leche” alrededor de este.
Sin embargo, si es que eres ajeno a las noticias eclesiales y necesitas explicaciones sencillas, te animo a leer las siguientes preguntas y sus respectivas respuestas para comprender mejor este asunto.
- ¿El Papa ha promulgado un “severo correctivo” al Opus Dei?
De ninguna forma. El Motu Proprio ha sido emitido como parte del proceso de reformas estructurales que el Papa Francisco está realizando en la Iglesia Católica y no exclusivamente en el Opus Dei. De este modo, las prelaturas personales como el Opus Dei, pasan a responder del Dicasterio de los Obispos al Dicasterio del Clero adecuándose a ello, como el rendir cuentas ya no cada cinco años sino, anualmente.
Si has leído posts que indican “severo correctivo” o “el Papa degrada al Opus Dei”, te darás cuenta que, de arranque, los anima un encono que oscurece la realidad.
- ¿Le ha quitado el Papa “poder” al Opus Dei al promulgar que su prelado no sea nombrado obispo?
¿Cuál “poder”? Que el prelado de la Obra haya sido obispo fue circunstancial y no ha sido ni es esencial en el carisma ni en la vida institucional de esta. Por ejemplo, el fundador de la Obra, San Josemaría Escrivá, nunca lo fue, pero, por encargo del Papa San Juan Pablo II, se nombró obispo a su sucesor, el beato Álvaro del Portillo y al siguiente prelado, don Javier Echevarría, al ser estos responsables de una prelatura en función de la ordenación sacerdotal de algunos de sus miembros. Sin embargo, esto conllevaba algunos problemas jurídicos dentro del hoy Dicasterio de los Obispos, porque, por regla, a los 75 años todo obispo debe presentar su carta de renuncia al Papa mientras que, el prelado de la Obra, de acuerdo a sus estatutos no estaba obligado a hacerlo. Al determinarse que el prelado no sea obispo, se continúa con el proceso de reforma de la Curia (para toda la Iglesia Católica y no para el Opus Dei), acentuando la dimensión carismática de la Obra, reafirmando que su misión no se encuentra centrada en los cargos.
Si has leído posts que hablan de “pérdida de poder”, te darás cuenta que estos no sólo están escritos desde un profundo desconocimiento de la vida jurídica de la Iglesia Católica sino también que están escritos desde una clave monocorde: el poder, entendido políticamente (como fuerza de dominio) más que evangélicamente (como servicio).
- ¿Con esto la Obra deja de ser “intocable”?
Nunca lo fue. La Obra siempre dependió de la Santa Sede y llega donde el obispo de una diócesis lo pida. Si no lo piden, la Obra no va. Por ejemplo, en el Perú, de este modo ha llegado no sólo a las grandes ciudades sino también a lugares en su momento de difícil acceso y de condiciones sociales muy desfavorecidas como Huarochirí y Huancavelica a mediados del siglo XX dejando un legado espiritual imborrable.
Nuevamente, si has leído un post con estos términos, te darás cuenta que han sido escritos desde la clave monocorde del poder antes mencionada.
- ¿Con este Motu Proprio el Papa “amarra” al Opus Dei que “caminaba paralelamente a la Iglesia Católica”?
Tampoco. La Obra siempre se ha considerado como una parte pequeña del gran cuerpo que es la Iglesia sirviéndola como esta quiere ser servida. En ese sentido, podemos darnos cuenta de su fidelidad al leer la respuesta del actual prelado al Motu Proprio señalando, en una carta abierta, que todos los fieles de la Obra “aceptan filialmente” las nuevas disposiciones, “deseando que la invitación del Santo Padre resonara con fuerza en cada una y en cada uno” y que “la ordenación episcopal del prelado no era ni es necesaria para la guía del Opus Dei”. Es más, cuando don Álvaro del Portillo y don Javier Echevarría fueron obispos, nunca animaron ni afirmaron algo que contradijera la fe católica ni la autoridad magisterial, todo lo contrario, por ejemplo, a las reacciones públicas que podemos leer por parte de algunos eclesiásticos responsables del “Camino sinodal alemán” ante la declaración vaticana del 21 de julio con respecto a este.
- ¿Y por qué en algunos posts acusan a los de la Obra de “papólatras”?
Esta es una acusación falaz y abyecta. La papolatría es la deformación de la devoción a la Cátedra de San Pedro, al confundir el dogma de la Infalibidad Papal, reservada para cuestiones de fe y moral, haciéndola extensiva a otras cuestiones contingentes (como política partidaria o sistemas económicos) sobre las cuales el Papa pueda dar opinión. En ese sentido, en la Obra, por medio de sus canales oficiales, nunca se ha promovido ni hecho ejercicio alguno de papolatría ni mucho menos de irreverencia en contra del Santo Padre.
Lo que es más seguro es que esa adjetivación proviene de quiénes viven su cruzada personal en contra del Papa Francisco acusando de papólatras a todo aquel que no destila la misma bilis tanto de fondo como de forma. Lo mejor es rezar también por ellos.
- ¿Qué implica entonces “tutelar el carisma” de la Obra pedido por el Papa?
Implica “fijar la atención en el don que Dios entregó a san Josemaría, para vivirlo con plenitud promoviendo la acción evangelizadora que cumplen sus miembros y, de este modo, difundir la llamada a la santidad en el mundo, a través de la santificación del trabajo y de las ocupaciones familiares y sociales” (Mons. Fernando Ocáriz)
“Tutelar el carisma” implica reconocer que los miembros de la Obra, no damos en primer lugar testimonio de nuestra coherencia moral, disciplina ascética o recta doctrina, sino, del testimonio de un Dios que asume y vence nuestras incoherencias, fragilidades y caídas con su perdón y misericordia en medio de nuestro mundo.
- ¿Y en el supuesto negado que el Papa (este o cualquiera que venga) tenga una animadversión contra la “Obra”?
Si ese fuera el caso, debemos recordar que la Obra, antes que una parroquia, un cuadro colgado en la catedral, un plan de vida o un compromiso socio-político, es la carne concreta de muchos amigos que se acompañan desde su fragilidad, perseverando en la fe y siendo conscientes de que existe una misericordia más grande que la propia incoherencia: Jesucristo mismo.
En ese sentido, la Obra busca que todos sus miembros, como todo aquél que se acerque a sus medios de formación, quieran el Reino de Dios, y este, es Jesucristo, no una espiritualidad sobre Él ni un orden social determinado. Por lo tanto, el que “venga a nosotros el Reino” no pasa por el “triunfo” cuantitativo (adhesión de fieles como fin) ni cualitativo (relevancia social/eclesial) de la Obra, sino, por la transformación de nuestros corazones a Él pudiendo ocurrir, como ha ocurrido muchas veces en la historia de la Iglesia, que la Obra sea despojada de triunfos mundanos para que el Reino se haga posible en los que beben de ella.
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