El siglo del dólar

Hace un año, el dólar en Nueva York estaba en 90 puntos (en la escala del Dollar Index, que compara a la moneda con varias otras). Esta semana el dólar llegaba a los 107 puntos. El alza le ha permitido al dólar volver a ser un refugio ante el pavor mundial por el destino de la economía global. 

El alza del rendimiento de los bonos de Estados Unidos refleja igualmente la desesperada fe del mercado global en la palabra del Estado norteamericano. Ayer pagaban más de 3%, hace dos años pagaban 0.5%. 

¿Cómo ha ocurrido esto? La mecánica es simple. La causa inmediata es el alza brutal de la tasa de interés dispuesta por la Fed, el banco central americano, en el intento de frenar una inflación virtualmente fuera de control que, según el Gobierno y la Fed, iba a ser solo “transitoria”. 

Mientras el dólar sube, sin embargo, en los mercados baja todo lo demás: el oro, el cobre, el yuan chino, el bitcoin, el euro –que cae por primera vez en la historia por debajo del dólar–; incluso el petróleo, que ha bajado a menos de US$ 100 el barril (luego de llegar a US$ 123 en medio de la guerra europea).   

El desplome del mercado y el miedo a la recesión global ha dejado estupefacto al mundo entero. Especialmente a las economías emergentes. 

El cobre es lo que ha mantenido a flote hasta ahora a la economía peruana, en medio del desmadre político. Se derrumbó en Nueva York a US$ 3.20 la libra hace poco, desde casi US$ 5.00 en marzo, y nos está causando un daño masivo. Ha caído la Bolsa de Valores de Lima (las acciones mineras perdieron 6% en un día). Habrá pérdida de ingresos fiscales. Habrá una menor oferta de dólares en Lima (el BCR ya ha tenido que colocar más de US$ 1,200 millones en el mercado para mitigar la caída del sol).  

La baja del petróleo, por importante que sea, no compensa ni de lejos este daño. Menos si no se puede trasladar siquiera a los precios en los grifos, porque primero tiene que recuperarse el famoso Fondo de Compensación de los Combustibles, que ha venido subsidiando los precios.

A causa de la inflación y la guerra en Europa, Estados Unidos ha vuelto a convertirse en la aspiradora del capital mundial, que confía ciegamente en el refugio del dólar. Y, en aras de la guerra y de frenar la inflación, nadie dice nada. Nadie sabe qué decir.

Pero, ¿es el dólar realmente el refugio hoy? Desde la Primera Guerra Mundial, el dólar se instaló como medio de cambio y reserva de valor global, desplazando a la libra inglesa, que lo había sido desde Waterloo, cien años antes. Desde la Primera Guerra Mundial, este ha sido el siglo del dólar. Toda nuestra vida ha transcurrido bajo ese paraguas. Pero el dólar no está solo ya en el mercado global. Otros lobos le disputan ya el liderazgo de la manada.