El PBI peruano sigue en caída

Nos encontramos en una situación económica muy difícil, con recesión, entre otros, todos lo tenemos presente, pero antes de entrar tocar el tema, recordemos algunos conceptos básicos el Producto Bruto Interno (PBI) es el valor monetario de todos los bienes y servicios finales producidos por un país en un período determinado, usualmente, un trimestre o un año; y cuenta todo el producto generado dentro del país. Es un concepto muy importante porque en él se observa el impacto del consumo, el gasto, la inversión y el comercio internacional. Asimismo, en el caso del Producto Bruto Interno (PBI) se contabiliza el valor agregado dentro del país, y en el caso del Producto Nacional Bruto (PNB) se contabiliza el valor agregado por los factores de producción de propiedad nacional.

Lamentablemente la situación del PBI en nuestro país hasta setiembre del presente año continuaba desacelerándose “Durante setiembre de 2023, la producción nacional disminuyó en 1,29% determinado por el desenvolvimiento negativo de los sectores Agropecuario; Manufactura; Construcción; Alojamiento y Restaurantes; Telecomunicaciones; Financiero y Servicios Prestados a Empresas en el periodo enero-setiembre 2023 la economía nacional se contrajo en 0,63%”. Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) mediante el Informe Técnico Producción Nacional, publicado en su Nota de prensa del 15 de noviembre.

Con respecto a los resultados presentados por el INEI, no me sorprende el derrumbe del PBI en el Perú, debido a que la perspectiva de nuestra economía es muy incierta debido al adverso ámbito económico y geopolítico externo y a los complejos problemas de nuestro ámbito interno. Tardíamente el Gobierno reconoció que terminaremos en recesión este año, cuando ya lo había advertido meses antes “No hay peor ciego que el que no quiere ver”, refrán aplicable para nuestro caso.

En el ámbito económico externo somos muy vulnerables debido a nuestra dependencia a las importaciones de productos esenciales, como los combustibles, los fertilizantes y los alimentarios, cuyos precios internacionales están en alza e impactan en el ámbito local, además del riesgo de desastres naturales en lo que queda de este año, situación que por efectos del Fenómeno del Niño Global se extenderán hasta el 2024.

En el ámbito geopolítico el riesgo de guerra global influye negativamente en nuestra economía, afectando nuestro comercio internacional al consolidarse bloques económico militares en el mundo, antagónicos entre sí lo cual se ha agudizado por el conflicto palestino israelí que viene escalando al poder implicar la intervención militar de otros Estados, además de los otros conflictos en curso y zonas de tensión en el mundo como las tensiones por Taiwán y en la península coreana. Estamos en un mundo multipolar y debemos adaptarnos a ello.

En el ámbito interno, con la pérdida de confianza en el Gobierno, por parte del sector empresarial y la población por su falta de transparencia, sumados a los problemas internos ya conocidos, como la inseguridad ciudadana por citar uno y el impacto del fenómeno de El Niño global en nuestra economía no veo un horizonte promisorio en el corto plazo.

Ante este contexto, aunque para muchos caigan las recomendaciones en “saco roto”, el Gobierno no tiene otra opción que tomar acciones coherentes ante el adverso ámbito económico y geopolítico externo. Esto implica no alinearnos a ningún bloque en conflicto, y enfrentar con estrategias técnicamente y constitucionalmente viables los problemas del ámbito interno. Debemos tener presente que tenemos que trabajar ahora con un rumbo claro y transmitiendo estabilidad a los inversionistas locales y extranjeros, así como a la ciudadanía en general para sacar adelante a nuestro país.