Iván Arenas

El momento anti establishment

El retorno del Frepap y la aparición de UPP y Podemos Perú

El momento anti establishment
Iván Arenas
28 de enero del 2020


Las predicciones de algunas encuestadoras que se tildan de precisas no pudieron detectar que algo sorpresivo iba a suceder el domingo pasado. O si sabían, se lo guardaron oportunamente. ¿Por qué? Vaya usted a saber. De alguna u otra manera se ha abierto un momento anti
establishment que puede durar hasta el próximo año; es decir, hasta las elecciones presidenciales del 2021.

El retorno del Frepap –triunfante, ni qué objetar– y la aparición de UPP y Podemos Perú pone en vereda al establishment por entero. ¿Qué tienen en común estos partidos? Que son respuestas marginales a lo establecido y que aparecen por el descontento mayoritario de ciudadanos expectantes de una lucha de sangre en esa falsa frontera fujimorismo-antifujimorismo, que ha ahogado la gobernabilidad después de la caída del fujimorato albertista. El establishment se ha visto sorprendido. Sus medios, sus analistas y sus periodistas no lo intuyeron; y si lo intuyeron se quedaron callados, como las encuestadoras.

Pero hay que definir al anti establishment, a los “otros”. El Frepap es un partido, cuyo líder máximo y ya muerto se auto titulaba de izquierda. Es el agrarismo confesional teocrático y verticalmente caudillista. Es la izquierda popular y conservadora auténtica. No es un partido de derechas, como se ha llegado a creer solo por su conservadurismo. De UPP ya conocemos el liderazgo antaurista, no hace falta decir más; y de Urresti, siempre representó la mano dura que se exige en el mundo popular. 

La sorpresa es la aparición y vuelta de estos tres partidos. Como sorpresa es que el fuerzapopularismo se haya reducido a una expresión poco importante, y lo del Apra refleje una crisis no solo de liderazgo sino también de representación de ese mundo popular, ancho y ajeno. Si decíamos que el fujimorismo era el dique de las izquierdas de todos los pelajes, ¿ha dejado de ser una propuesta de mayoría popular? Eso lo veremos luego. 

Quien ha ganado ha sido Vizcarra. Tiene un Congreso manejable por la balcanización de partidos hoy elegidos. Es casi seguro que en estas legislaturas no se apruebe la reforma política, porque la ruma de partidos jugará por sus propios intereses al 2021. En los buenos manuales de la política se enseña a dividir para vencer. Eso ha sucedido. Ahora Vizcarra y el establishment que gobernó con Toledo, Villarán y Humala prepara su propia transición. 

Vizcarra quiere una transición que le asegure cero juicios luego de dejar el Gobierno, como ha prometido en más de una vez. Y el establishment una transición que culpe de las tragedias nacionales a los otros. Necesitan un alfil. De allí entonces se catapultará a la máxima expresión a Salvador del Solar, el ungido. Ya tienen la carta.

En ese sentido, algunos creemos que la jugada fabricada contra Julio Guzmán y el Partido Morado vino desde Palacio. El objetivo habría sido bajar del segundo lugar, que decían las encuestas que tenían los morados. Si Guzmán y los suyos lograban una representación importante obtendrían la independencia del aliado circunstancial de Palacio. Y en Palacio no se permitiría jamás que Guzmán, atildado por aquella posible mayoría, le haga sombra a Salvador. Al fin y al cabo ambos ocupan el mismo lugar en la política electoral: ese centro elitista, esa auto denominada “decencia republicana”, a esos caviares que se sienten cómodos y tienen vocación de Estado. Es decir, al establishment. 

Acción Popular no ha ganado mucho, como se cree. El partido de la lampa ha perdido la oportunidad de obtener una bancada más grande de la que cosecha. ¿Por qué? Porque ni Muñoz, ni sus alcaldes limeños, ni los gobernadores regionales la están haciendo linda, como se dice. Las gestiones aún no son eficientes y hay mucha decepción de sectores populares. De allí que el voto limeño popular no haya sido el esperado. ¿Cómo reconectar a Acción Popular con el mundo popular? Con un discurso ideológico que recoja las demandas de las amplias mayorías populares. Allí se construirá una nueva mayoría. ¿Aló, Barnechea? 

Pero como decía líneas arriba, es altamente probable que en el 2021 el momento anti establishment continúe, pero ese ya sería un momento populista.

Iván Arenas
28 de enero del 2020

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