Cecilia Bákula

El legado intelectual de un estadista

El 23 de mayo Alan García habría cumplido 75 años

El legado intelectual de un estadista
Cecilia Bákula
27 de mayo del 2024


Con ocasión del día en que el presidente Alan García cumpliría 75 años, se desarrollaron una serie de actividades para recordarlo y para mantener vivo su recuerdo. El mismo día 23 de mayo, un grupo de entusiastas seguidores inundaron Lima con pancartas alusivas a las más de 150,000 obras que García hizo durante sus dos gobiernos, tratando de mostrar que las personas dejan huella y trascienden porque viven en el corazón de quienes lo quisieron.

Sin duda la figura de Alan García despierta pasiones, amores y la voluntad férrea de muchos apristas, sobre todos de aquellos cuya edad les permite recordar las bondades de su segundo gobierno y pueden comparar con objetiva frialdad, la diferencia entre ese estadista que gobernó con excelencia y la seguidilla de pseudo caudillo que ha llegado al poder, casi sin saber cómo y, sin duda, sin saber qué hacer.

Adicionalmente al recuerdo en las calles, con mucho buen criterio la Editorial Planeta ha lanzado una nueva edición de tres de las obras de García que, sin duda, fue un peruano que supo dejar por escrito propuestas, ideología, sueños y su propia visión de sí mismo.

Es así como en el auditorio del Centro de Amistad peruano China, se presentaron las nuevas ediciones de tres publicaciones sustantivas en la producción intelectual de García que ha dejado, como legado, nada menos de 27 obras que ponen de manifiesto su visión de la política, su experiencia y su adelantada percepción del mundo en un siglo XXI que, para el momento de su partida, estaba recién vislumbrándose.

Con la acertada participación de comentaristas de lujo, las obras “Pida la palabra”, “Confucio y la globalización” y “Meta Memorias” que en esta edición 2024, incluye un apéndice renovado de fotografías, fueron presentadas a un público que quedó cautivado en un auditorio repleto que simpatizantes, periodistas y público en general.

Fue el doctor Ernesto Blume, insigne abogado y constitucionalista, quien explicó la importancia del libro “Pida la palabra” en el que Alan García comparte con sus alumnos las técnicas y el arte de la oratoria desde el análisis de discursos notables; aprovechando de cada uno para explicar la estructura y la manera de la comunicación exitosa con el auditorio, sin dejar de lado la parte oral y la indispensable comunicación no verbal, tanto así como la habilidad para capturar al oyente, lo que implica no solo habilidad verbal y gestual, sino tener de antemano el fundamento y la estructura ideológica que se quiera compartir. No queda duda que García fue un artista, un mago de la palabra y en esta publicación, él comparte sus propias vivencias, dejando una cátedra de acercamiento al arte de la comunicación.

La presentación de la reciente edición de “Metamemorias” estuvo a cargo del embajador José Antonio García Belaunde quien fuera canciller de la República durante todo el segundo gobierno de Alan García, además de su amigo cercano por lo que en su participación se hizo evidente no solo que conocía muy bien al autor, sino manifestar sin ambages ni rodeo alguno, la tremenda falta que hace en nuestro medio y en el momento actual, principalmente, un político culto, experimentado, con tanto amor al Perú y con una voluntad expresa de saber que había logrado un lugar en la historia. García Belaunde explicó la importancia del libro en cuya explicación abundó en detalles, era la comprobación de cómo García, se había hecho aprista, naciendo aprista y bebiendo de las fuentes directas de Haya de la Torre y de la pasión política de sus padres y su abuela Celia y que, no obstante su admiración y veneración personal –no solo partidaria– a Víctor Raúl, el compañero Jefe, fue capaz de analizar las raíces del pensamiento originario y explicar aquellas circunstancias políticas en las que Haya de la Torre no optó por la mejor decisión o, dicho en otros términos, no pudo prever la respuesta equivocada de los otros y lo mismo, de alguna manera, refirió García Belaunde respecto al hecho de que al final de su vida, el autor, guiado por una voluntad positiva, no aquilató el odio de los adversarios. Siendo un hombre plenamente visionario, no creyó ser necesaria la inquina a niveles tan extremos, pues pensaba en seguir sirviendo, al entenderse a sí mismo como un personaje ya adscrito a la historia del Perú.

García Belaunde refirió la incoherencia de la acción política del Perú respecto a la solicitud de García de asilo diplomático en la embajada de Uruguay, quedando claro que el desempeño de las autoridades de turno, estuvo o coaccionada o severamente equivocada, respecto a la legislación y tradición sobre el asilo. Cinco años más tarde, queda claro que la razón expuesta para la solicitud de asilo, referida a que en el país no estaban dadas las condiciones para un debido proceso, saltan a la luz cada día. Odio inmisericorde parece haber sido y seguir siendo la motivación respecto a este político de excepción, intelectual activo y soñador con un futuro diferente para nuestro país. Curiosamente, ese sentimiento de tanto enloquecido encono, lejos de empequeñecer la imagen y el recuerdo de Alan García, la catapultan en un recuerdo constante, con añoranza y gratitud.

El tercer libro “Confucio y la globalización” fue comentado por el economista Hernán Garrido Lecca quien señaló que el planteamiento de García respecto a la China, tiene una actualidad impresionante, máxime cuando hoy por hoy, ese “gigante asiático” es el mayor inversionista en el Perú y por ello mismo, es indispensable conocer el ser y el hacer de los ciudadanos de ese país; aprender a entender la lógica del pensamiento, sentimiento y acción de los ciudadanos cuya historia, antiquísima como la nuestra, se funde y une a principios filosóficos que los comprometen con una conducta que debemos conocer, para respetar y aprovechar.

Se puso de manifiesto, sin duda, la habilidad intelectual de García y su capacidad para plasmar ideas y comunicarlas, haciendo que temas de filosofía, como el pensamiento de Confucio puedan ser entendidas como sustento de una manera de ser. Queda claro que con esas obras, tenemos delante la producción genial de un pensador político, de un conocedor de la historia, de un hombre culto que supo que el legado de su sentimiento y pensamiento, tenía que quedar plasmado en obras escritas.

Sin duda es muy importante el apoyo de la Editorial Planeta porque asume la re edición de estas obras que, siendo propiedad de los hijos de García, se pone al alcance de quienes desean conocer al autor, vislumbrar en sus sentimientos y descubrir la genialidad de su pensamiento como hombre político en cada fibra de su ser. Una palabra de agradecimiento a su hija Carla García Buscaglia por la pasión filial y el compromiso con los peruanos de las siguientes generaciones, para que el aporte intelectual de Alan García esté a disposición de los interesados.

Cecilia Bákula
27 de mayo del 2024

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