Nancy Arellano

El gobierno de PPK no debe sino hacer dieta

El gobierno de PPK no debe sino hacer dieta
Nancy Arellano
30 de junio del 2016

Evitando las “grasas” de las opiniones y diagnósticos políticos

Como a todo el mundo le gusta andar diciendo qué debe hacer el gobierno de PPK, como el Perú en estos días está sobre-opinado, sobre-diagnosticado y sobre-ideado; yo sugiero que el gobierno entrante no debe sino hacer dieta. El gobierno de PPK debe articular todo y someterse a un régimen hipo-diagnóstico e hipo-opinológico, y versar sobre resultados contando con los elementos que ya existen e intentando "crear"/ "ingerir" lo menos posible perspectivas que pueden terminar en un Frankenstein de gestión pública. Hay que cortar las grasas opináticas y aumentar la musculatura, de cara a los retos de la coyuntura regional y mundial, para resolver los problemas nacionales y locales.

Nadie duda de las capacidades técnicas del equipo que rodea a PPK; en su mayoría son especialistas que conocen las falencias de diversos sectores estatales y subnacionales. Muchos entendidos en la materia, además, afirman que el Perú está sobre-legislado y sobre-regulado, lo que complica y burocratiza innecesariamente las políticas públicas que son, finalmente, el objeto del quehacer político. Muchos capitanes y pocos marineros.

En este sentido retomo la idea de la "dieta" hipo-diagnóstico e hipo-opinológica que debe enfocarse en un Plan País con objetivos claros, delimitados y correctamente comunicados de forma multinivel. Esto implica salir de la doxa (opinión) y entrar en la episteme (conocimiento). Y para que ello ocurra, se debe salir de la dieta de diagnósticos y opinión implica; no erradicar, sino consumir lo esencial. Así como el cuerpo humano requiere de calorías —ya sean de carbohidratos o de grasas— para vivir, así la política, la opinión y el diagnóstico son claves. Pero deben consumirse con moderación para no caer en la farándula política que se pierde en el chisme y la nota minúscula de personalismos y personalidades. Y que desvía la atención del objeto: las políticas públicas.

En artículos anteriores he mencionado los tres niveles de la política que, en Politing® trabajamos: la política como estructura, la política como proceso y la política como resultado. En este caso, el proceso está obeso por vertientes mediáticas, grupillos de poder y afrentas inútiles que obstaculizan los resultados; y siguen haciendo mella de la clase política. Hace falta, en mi humilde y quizás "grasienta" opinión, un programa de reestructuración que haga coherente el proceso y el resultado, con miras a las metas establecidas en la Política Nacional de Modernización de la Gestión Pública, que ha avanzado con rezago por la poca visibilización y el subsecuente compromiso cívico-político. Para que esto ocurra, la dieta de perspectivas es crucial, así como la configuración de una Política Nacional de Comunicación Política; entendiendo las politics (política como proceso - la acción política en la dinámica de poderes ) en la polity (política como estructura - donde ocurre la política) en función de política como resultado, la generación de políticas públicas: policies.

Todas las directrices de la política como proceso están ya señaladas y deben simplificarse; los problemas e insuficiencias están apuntadas y deben atacarse. Hace falta entonces la voluntad política, las capacitaciones que empoderen el sistema y el seguimiento articulado en la ejecución de presupuesto (como cara financiera del plan). Entender el seguimiento, que finalmente significa apuntalar procesos, implica que la función pública sea asumida por capitanes y marineros, sin complejos y articulados en los objetivos que deben cumplirse en materia de gestión por resultados. El tema clave aquí es definir los procesos de planificación de presupuesto y de planificación de resultados en conjunto, no de forma aislada.

Los primeros cien días en la articulación serán determinantes de la ruta a seguir. La expectativa ciudadana está abierta y las decisiones que se tomen, cómo se comuniquen a la población y cómo se promuevan en matrices mediáticas serán el espíritu que impulse esta fase de profundización democrática y de empoderamiento real de la gestión por resultados en el país.

Hablamos de procesos complejos, nadie lo niega. Lo importante es establecer un liderazgo abierto pero centrado, descentralizado pero no desestructurado, y técnico pero no apolítico. No es fácil hacer dieta, pero es saludable.

 

Nancy Arellano

@nancyarellano

 
Nancy Arellano
30 de junio del 2016

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