El centro derecha y el camino de Polonia

Empezó a llamar la atención en el espacio europeo y, después de un corto lapso, en el contexto mundial. Luego, aspiraba legítimamente y en función de sus logros en ser parte del G20 (las veinte economías más importantes del mundo), pero todo indica que ha elevado sus aspiraciones y ahora pretende ser un país G7, al igual que Francia y el Reino Unido. Me refiero a Polonia, la economía que de manera más ordenada viene creciendo en el espacio europeo.

Polonia es en la actualidad la quinta potencia industrial de Europa. Ello es consecuencia de que su Producto Bruto Interno (PBI) se viene incrementando sostenidamente desde el año 2007. En la actualidad aspira a superar al Reino Unido y a Francia. Por lo pronto, hace una década la economía polaca era un tercio de la del Reino Unido, ahora es la mitad. Y lo mismo sucede con respecto a Francia. Es muy probable que en poco más de una década Polonia supere en PBI a estas dos economías.

Lo llamativo del fenómeno es que el protagonista del cambio en este país de orillas bálticas es un político profesional, de centro derecha, sólido ideológicamente y muy dado a objetivos concretos. Su nombre es Donald Tusk, tres veces primer ministro (la primera vez fue en el 2007 siendo reelegido en el 2011), con un interregno como presidente del Consejo Europeo de cinco años, entre 2014 y 2019.

Donald Tusk es el responsable de que Polonia tenga la tasa de desempleo más baja del continente con 2,6% (la media europea es 6%), que se haya convertido en un centro innovador y tecnológico de primer orden (Varsovia es sede permanente de eventos tecnológicos de gran envergadura), tenga un mercado laboral flexible que permite absorber sin mayores costos la inmigración y tenga en estos momentos las Fuerzas Armadas más competentes y poderosas de Europa. Esto último no es novedad. Polonia fue el primero en advertir el peligro expansionista e incontrolable de Putin y empezó a invertir un promedio de 4.5% del PBI en Defensa, muy por encima del promedio europeo de 1.6%. Desde que Angela Merkel se marchó, el liderazgo europeo está vacante y en estos días no se habla del eje Macron-Sholz pues está muy débil la alianza franco-alemana, ni tampoco se ve a Meloni como con el peso político para ese encargo; lo que lleva a Tusk, con sus dotes, personalidad y experiencia a ser el llamado a ocupar ese liderazgo.

Donald Tusk es el principal referente de una centro derecha europea que entiende que el principal capital de un líder es su experiencia política y su capacidad. Donald Tusk es reconocido por su gran capacidad para rodearse de gente de gran talento y también por su fortaleza para cumplir objetivos. Cuando asumió el cargo de presidente del Consejo Europeo se le criticó por hablar un inglés elemental y no saber nada de francés. Ahora se desenvuelve en esos dos idiomas competentemente, además de su fluidez en alemán y polaco.

Una centro derecha capaz, con trayectoria y objetivos concretos, es la gran responsable de esta gran transformación de Polonia. Son los referentes que la centro derecha local debe buscar.