Berit Knudsen
Dictaduras que desafían la paz
Los desafíos que enfrenta el Gobierno de Nicolás Maduro

La dictadura de Nicolás Maduro enfrenta problemas internos y externos que amenazan con socavar la paz y estabilidad en América. Los esfuerzos por obstaculizar las elecciones de 2024, las presiones de Estados Unidos para que se lleven a cabo y las provocaciones en la región en disputa del Esequibo de Guyana son parte de este contexto.
María Corina Machado, importante figura de la oposición venezolana y ganadora de las elecciones primarias con 92% de los votos, emerge como amenaza para la prolongada dictadura de Maduro. El régimen ha desplegado diversas tácticas para impedir su participación en las elecciones presidenciales de 2024, desde inhabilitaciones por supuestas irregularidades hasta manipulaciones legales y restricciones.
María Corina, quien desafió a Hugo Chávez en la Asamblea Nacional, es el símbolo de la resistencia ante la opresión y corrupción del régimen. Su victoria en las primarias desencadenó reacciones adversas de altos funcionarios chavistas; como Diosdado Cabello, quien afirmó categóricamente que una persona inhabilitada no puede participar en las elecciones.
Estados Unidos, actor clave en la escena, ha intensificado las presiones sobre el gobierno venezolano. Brian A. Nichols, subsecretario de Estado para la región, ha instado públicamente a Maduro a permitir un proceso transparente, habilitando la candidatura de María Corina Machado. Las condiciones para levantar sanciones incluyen auditorías, actualización del Registro Electoral, misiones de observadores y acceso igualitario a medios de comunicación. El alivio de sanciones dependerá de las acciones del régimen, incluida la liberación de presos políticos, requisito indispensable.
En un giro provocador, Nicolás Maduro llevó a cabo un controvertido referéndum para conocer la posición de los venezolanos sobre el Esequibo, territorio en disputa con Guyana. Según el Consejo Nacional Electoral venezolano, el 95.93% de los votantes respaldó la anexión de esta región de casi 160,000 kilómetros cuadrados. Sin embargo, la baja participación, en torno al 50% –o tal vez 10%, pues parecen haber contado cada una de las cinco preguntas como un voto–, arroja dudas sobre la legitimidad del proceso.
Maduro ha ordenado la difusión de un nuevo mapa de Venezuela que anexa el Esequibo, desafiando normas internacionales y agravando las tensiones. Además, ha creado la Alta Comisión para la Defensa de la Guyana Esequiba con polémicas medidas, como la concesión de "licencias" a PDVSA y la CVG para la explotación de crudo, gas y minerales en Guyana.
Ante la provocación, el presidente Mohamed Irfaan Ali ha reafirmado su compromiso para una solución pacífica ante la controversia fronteriza de este territorio administrado por Guyana, solicitando el apoyo de la ONU, OEA, Commonwealth y CARICOM. La inminente amenaza lleva a Guyana a fortalecer su posición, a cooperar con el Comando Sur de Estados Unidos, subrayando la importancia de garantizar una zona de paz en América, pero con precauciones ante la prepotencia venezolana.
La situación propiciada por Maduro es cada vez más tensa. Las acciones en el Esequibo siguen el patrón de sus aliados en Rusia e Irán –Estado patrocinador del terrorismo y del conflicto en Oriente Medio–, e inducen una inminente crisis en la región,
La paz en América está en peligro. El modus operandi de las dictaduras y aliados del terrorismo es el mismo; no tienen escrúpulos, pueden llegar hasta una guerra para lograr sus metas. No respetan a la población civil y toman decisiones extremas para continuar sus agendas: perpetuarse en el poder.
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