Giovanna Priale
Desempleo juvenil: retos y oportunidades
Enlazar las oportunidades laborales y la oferta de capacitación

Hace años formé parte del equipo que puso en marcha el Programa Projoven, destinado a unir oportunidades de demanda laboral con oferta de capacitación, de tal manera que los jóvenes capacitados por este programa pudiesen recibir formación en las principales ramas en que los necesitaban, a nivel nacional. Este programa se orientó a jóvenes de ingresos bajos. Entre ellos se separó al grupo de control (el que no recibió la capacitación) del de tratamiento (que sí la recibió), probándose que: i) la educación y la capacitación mejoran las posibilidades de inserción de los potenciales trabajadores en el mercado de trabajo; ii) la desvinculación entre la oferta y la demanda de mano de obra, lo que se traduce en altas tasas de desempleo y subempleo para este grupo poblacional.
Estas conclusiones son parte del documento de investigación “Juventud, capacitación y empleo: la experiencia Projoven”, incluido en el libro Juventud: social y cultura”, publicado por la Red para el Desarrollo de las Ciencias Sociales en el Perú. En ese mismo texto se señala que el caso específico de Projoven, programa que focaliza sus esfuerzos en los jóvenes de cuartiles inferiores, se caracteriza por la “autofocalización”, porque la población objetivo elige los cursos dictados y la “orientación de demanda” pues se hace efectiva la contratación de los capacitados por las empresas participantes.
Los principales aportes de este programa se resumen en los siguientes puntos: i) el empleo remunerado en el grupo capacitado se incrementa en 71.7%, mientras que en el de control sube en solo 11.9%; ii) el ingreso promedio del grupo capacitado es 26% superior al del grupo que no recibió formación; iii) un joven con educación secundaria completa gana 16.4% más que uno con secundaria incompleta en el grupo educado, mientras que esta diferencia es de solo 1% en el grupo sin capacitación; iv) la calidad del empleo (tamaño de empresa, formalidad del contrato, acceso a salud y pensiones y el tipo de ocupación) es mucho mayor para los beneficiarios de Projoven.
Muchos años después, en medio de esta pandemia que ha destruido el empleo e impactado mucho más en los jóvenes, este tipo de programas a nivel nacional y regional resulta más que indispensable. El Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE) tiene hoy a su cargo Jóvenes Productivos. Este debería ser ese puente que una la oferta de capacitación y la demanda de empleo por regiones, a fin de promover la empleabilidad de los jóvenes. Al mismo tiempo debería convertirse en una oportunidad para que la inversión privada y pública se articulen para promover el crecimiento económico y el bienestar de las familias.
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