Crecimiento económico y desesperanza

En el libro Deaths of despair and the future of capitalism, de Angus Deaton y su esposa Anne Case, se pone en evidencia la situación menos afortunada de los estadounidenses con menor nivel educativo, en un entorno en el que la expectativa de vida de este segmento decae ligeramente. Esto es una tendencia poco alentadora, si se compara con los países de Europa.

Deaton y Case mencionan varios factores que explicarían el menor bienestar de estos segmentos. Sin embargo, concluyen que la variable desencadenante radicaría en la reforma del sistema de salud en la época de Obama, que habría terminado golpeando a la población estadounidense de ingresos medianos. En opinión del profesor Rogoff, “los autores subrayan que muchos países combinan con éxito los sistemas de salud públicos y privados, que no existe una solución única y que deben tenerse en cuenta los efectos de una transición”. 

Aplicado al caso peruano, una lección que debemos tener presente es que la reforma del sistema de salud debe empezar con un buen diagnóstico que incluya encuestas a nivel nacional a la población, a fin de determinar la demanda potencial y su capacidad de pago. Y una encuesta también a la oferta, que analice las mejoras formas de provisión del servicio y que nos permita incrementar la cobertura y la capacidad de atención a niveles primarios.

Mención especial merece en el libro la libertad con la que, en Estados Unidos, se recetan medicinas con componente opioide, lo cual genera adicción en la población y finalmente, en algunos casos aumenta la tasa de suicidios. Más aún, cuando los ciudadanos que consumen estos opioides enfrentan elevados costos de vida y poca capacidad de movilidad laboral, debido a su baja capacitación. Como señala Rogoff, “en muchos sentidos, la crisis de opioides analizada por Case y Deaton es un microcosmos de la angustia que vive el mundo hoy en día”.

Les recomiendo este libro porque pone en discusión los temas que hoy nos angustian. No solo la pobreza en la población de ingresos más bajos (y sus terribles consecuencias), sino también el estado de salud mental de los segmentos de ingresos medios, que se encuentran en estado de desesperanza en un mundo que, a veces, privilegia el consumismo y presiona a los trabajadores a que vivan gastando por encima de los ingresos que perciben.

Adicionalmente a eso, en un mundo en el que la innovación y la creatividad son altamente demandadas y en el que los empleos mecánicos están siendo reemplazados por robots, corresponde que pensemos seriamente en que la oferta de los sectores educativos debe alinearse a las nuevas formas de empleo. Solo así los jóvenes lograrán ingresos adecuados y accederán a una buena calidad de vida, y se mitigarán las posibilidades de que caigan en la desesperanza.