Berit Knudsen
Conquistar las mentes
La evolución de las guerras a lo largo de la historia

A lo largo de la historia la humanidad ha atestiguado la evolución de la naturaleza de los conflictos y de la guerra, categorizándolos para comprender sus características distintivas. Aunque estos términos no son convencionales en el ámbito académico o militar, ilustran la evolución de la guerra y sus impactos en el mundo.
Las guerras de Primera Generación se remontan a la era preindustrial, cuando las tácticas de combate cuerpo a cuerpo prevalecían en el caos del combate. Las guerras napoleónicas o enfrentamientos de la antigüedad encarnaban la brutalidad y anarquía en el campo de batalla, el conflicto era directo y resultaba en una devastación generalizada.
La Primera y la Segunda Guerra Mundial son características de la Segunda Generación de conflictos, en las que las trincheras y tácticas de combate avanzadas se evidenciaban en un escenario global, con enfrentamientos altamente mecanizados, pérdidas humanas y enorme destrucción de infraestructura.
La Guerra Fría y guerras como la de Corea caracterizan la Tercera Generación, Son guerras asimétricas, con capacidades militares y recursos significativamente desiguales, tácticas de guerrilla, amenazas nucleares y las guerras psicológicas que desempeñaron un papel fundamental. Priman en ellas la rivalidad entre las superpotencias y una lucha constante por la influencia global.
La Cuarta Generación vio la lucha contra el terrorismo y guerra asimétrica con grupos paraestatales, organizaciones terroristas o paramilitares que buscaban reemplazar a las naciones como principales actores. La propaganda, operaciones encubiertas y tácticas de guerra irregular fueron el modus operandi.
La Quinta Generación está todavía poco definida, relacionada con conflictos actuales y futuros, en los que el uso de tecnología, ciberataques, guerra de información y manipulación de la opinión pública en el espacio cibernético y las redes sociales se constituyen en el campo de batalla. No se limitan a los ejércitos tradicionales; involucran actores estatales y no estatales, redes, individuos empoderados y grupos. Las tácticas incluyen ataques terroristas, guerras proxi, campañas de desinformación y propagandas combinadas para alcanzar objetivos políticos a un costo relativamente bajo.
En un mundo donde las guerras siguen evolucionando con metodologías combinadas, las amenazas afectan la psicología y percepción de la realidad de las personas. Un campo cuyo objetivo es la “contaminación de las mentes”, generando una intencionada polarización.
Los conflictos que enfrentan a todo tipo de individuos y grupos a nivel global son posibles por la ausencia de “educación y alfabetización digital” que capaciten a las personas para identificar la desinformación y tácticas para fines determinados. La regulación y la transparencia en las redes sociales, para reducir la propagación de noticias falsas y manipulación, son necesarias; pero se requiere una toma de conciencia para entender la realidad que desencadena la polarización globalizada.
Fortalecer la ciberseguridad para proteger las infraestructuras críticas y datos sensibles contra ciberataques no es suficiente, se requiere también pensamiento crítico y participación ciudadana para contrarrestar la manipulación de la opinión pública, enfrentando la guerra cibernética y desinformación.
En un mundo donde la tecnología y la información se convierten en actores centrales de los conflictos, contrarrestar la contaminación de las mentes es una responsabilidad compartida entre la sociedad y los gobiernos. Comprender la constante evolución y sofisticación de los conflictos nos proporciona herramientas para abordar los desafíos del presente y el futuro, permitiéndonos construir un mundo más seguro y resistente a la manipulación y la polarización, mientras seguimos luchando en esa batalla por las mentes.
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