LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
¡Vuelven los mestizos al Perú! ¡Qué generosidad!
Presidente del INEI anuncia que se restablecerá pregunta

Como todos sabemos en las preguntas elaboradas por el INEI para el censo nacional de las próximas semanas se había eliminado las interrogantes acerca de si el encuestado se consideraba mestizo o blanco. Sin embargo, las preguntas sobre las minorías étnicas se habían inflado hasta el infinito: desde quechua, aimara, afrodescendiente, tusán, entre otros. Felizmente, el presidente del INEI, Gaspar Morán, acaba de anunciar que ese ensayo cultural no va, y que se restablece la pregunta sobre la condición de mestizo y blanco.
Considerando que toda la historia del Perú está vinculada al mestizaje, que más dos tercios de la población se consideran de esa condición en los últimos censos y encuestas, ¿cómo así al presidente del INEI se le ocurrió aceptar ese ensayo que proponía una funcionaria mediana de la CEPAL, tal como lo reconoce en una entrevista? La esencia cultural del Perú pretendía manipularse en un censo al igual como se manipulan a los ratones en el laboratorio. ¿Qué nos ha pasado?
Y si recordamos que la estrategia de Evo Morales, del intelectual leninista Álvaro García Linera y del MAS en Bolivia para instalar su república plurinacional de 36 naciones; si consideramos que la misma estrategia se aplicó en la convención constituyente en Chile para proponer una república plurinacional –que felizmente fue rechazada por la abrumadora mayoría– y quebrar la unidad del Estado, ¿cómo así un funcionario público se atrevió a tamaña barbaridad?
La única explicación: muy pocos medios e instituciones se plantearon y desarrollaron una batalla cultural para detener la emboscada en las preguntas del censo. Los políticos, sectores del empresariado y las élites guardaron silencio e indiferencia frente al tema. La celada cultural del INEI y de la Cepal, pues, podía prosperar porque grandes sectores de la dirigencia nacional creen que el “woke” es un invento de la ultraderecha y que la cultura es descartable en la lucha política.
Gravísimo error. Por desdeñar la lucha cultural y evitar la confrontación con el wokismo, Europa, pese a sus revoluciones industriales y riqueza, comienza a ser derrumbada por las migraciones que crean zonas liberadas –regidas por la sharía islámica– de las constituciones nacionales y la autoridad de la Unión Europea. En Hispanoamérica el woke lanzó la entelequia del pueblo originario, y Bolivia se convirtió en una república plurinacional de naciones inventadas. En Chile casi toman el poder desatando un frenazo del milagro económico sureño, y en Perú se perpetró un golpe de Estado fallido que pretendió instalar una república plurinacional con equidad de género.
El woke es letal, es quizá una de las peores amenazas para las sociedades occidentales porque se presenta como la plataforma que lucha por la libertad absoluta. El woke promueve la libertad sin restricciones consciente de que esa libertad nunca existirá y que solo erosiona las instituciones centrales de Occidente. Vale anotar que antes de la libertad absoluta del woke se difundía la igualdad absoluta del comunismo ortodoxo. Es la misma estrategia, la misma filosofía.
El woke, pues, es una de las peores amenazas para Occidente a tal extremo que los líderes europeos siguen desorientados, sin saber qué hacer. El woke les ha arrebatado el espíritu de Occidente.
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